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Sobre un andamiaje de maderos, tablones y cuerdas, al menos 10 operarios pintan el interior del Templo .¿Cumplirían las normas de seguridad en el trabajo?
Me hizo llegar un amigo, esta primera fotografía de un numeroso grupo de pintores con «brocha gorda», pintando los interiores del templo de la Virgen de la Oliva. No tiene fecha, pero deduzco, sería el año 1952, cuando se restauró el interior de la iglesia y se construyeron los muros de piedra de la plaza y las escaleras, algo que dio origen a coplas como esta:
Nuestra Virgen de la Oliva
está contenta de veras,
porque le arreglan el Templo,
la Plaza y las Escaleras.
En la realización de estas obras, fue importantísima la colaboración del pueblo ejeano, principalmente de muchos labradores, que con sus carros y galeras transportaron la piedra necesaria desde La Marcuera y distintos materiales, atendiendo la llamada de su Alcalde, con bandos como este.
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En el embellecimiento del interior de la basílica, no solo se pintaron paredes, pilares y bóveda, se trató de recuperar las pechinas del crucero, que estaban bastante deterioradas, por un conocido pintor ejeano de adopción, José Tacchini Zanetta, y que se atribuyen a Luís Muñoz, que cobró por ellas, el 30 de Octubre de 1792, la cantidad de 120 libras jaquesas y representan a las cuatro heroínas bíblicas: Judit, Esther, Débora y Jael, conocidas como las «mujeres fuertes» del Antiguo Testamento.
En la publicación «Joyas de la Oliva II», editado en 2003, con motivo de la restauración de estas pechinas y los lienzos de «La Virgen de la Caridad» y «Santa Francisca Romana» por el Taller de Restauración ARTRES, dirigido por Ángel Marcos Martinez, José Ignacio Calvo Ruata, Dr. en Historia del Arte, ante dudas existentes, escribe sobre el estudio histórico-artístico de las pechinas de la Virgen de la Oliva, y nos deja clara la autoría de ese pintor oscence en las mencionadas pechinas, y matiza:
Luís Muñoz adoptó exactamente los mismos tipos que fray Manuel Bayeu había plasmado en las pechinas situadas bajo la cúpula del crucero de la iglesia de la Cartuja de Nª Sª de las Fuentes, , que se fechan hacia 1770, y que volvió a repetir en la Cartuja de Valldemosa (Mallorca).
Hoy, el templo de la Virgen de Oliva tiene su rico patrimonio artístico, bellamente recuperado, aunque en algunos puntos de sus paredes afloran humedades que sin duda estarán estudiando su solución para corregirlas.
Agradezco el envío de la foto de los andamios a mi anónimo colaborador, que me ha dado motivo para escribir este Post.
Interior de la Virgen de la Oliva.
2 comentarios
Fotografía para la historia: andamios de maderos, diez pintores unidos y en el altar de la Virgen las bombillas que colocó Pujol a principios del otro siglo. Todo pasó a la historia.
Me llama la atención su cualidad de ver la parte buena de las cosas y contarlas en el blog, a pesar de que el libro que comenta, no deja en tan buen lugar a un pintor ejeano que «repintó» las pechinas, cuando estaban muy deterioradas. Saludos.
Muy buena la fotografía, con esos andamios de madera que llegan hasta la cúpula. Y qué artista fue Tacchini, el ejeano de Milán.