Espléndida quedó la Iglesia de Erla tras la restauración. Ocupando el lugar central del templo, un retablo de San Juan Bautista, (realizado 1465-1480) que ya estaba en otro lugar de esta iglesia, donde también se conserva el único retablo completo de los pintores Tomas Giner y Arnau de Castellnou (1466), «La Coronación de la Virgen», procedente de la Ermita de la Corona de esta villa.
Retablo de San Juan Bautista. Si la parte superior pertenece al círculo de Tomás de Giner (1465-1480), el banco se atribuye Martín García (1510-1515).
¿Quien en Erla no guarda un recuerdo de su vida, delante del retablo de aquel altar mayor ?
El número de comulgantes en los años 70, nos da idea de su importante población.
En el centro Santa María la Mayor, a su derecha Santa Ana y a la izquierda San Gregorio. Arriba quedaba San Sebastián.
En los años 60 y 70 del pasado siglo, se despertó el interés de recuperar muchas de las iglesias de nuestros pueblos de la comarca de las Cinco Villas, (ver algún ejemplo) que mantienen una titularidad eclesiástica independiente a la demarcación de la comarca, y unas lo son de la diócesis de Zaragoza y la mayoría, pertenecen al Obispado de Jaca como Arcipretazgo Erla-Uncastillo, excepto Bagüés que pertenece al Arciprestazgo Jaca-Berdún.
Si en 1785, los pueblos pertenecientes al arciprestazgo de la Val de Onsella, dependiente del obispo de Pamplona pasaron a ser dependientes del Obispado de Jaca, en 1955 se agregan a la Diócesis de Jaca las parroquias de Lacorvilla, Luna, Valpalmas y Erla, que pertenecían antes a la Diócesis de Zaragoza.
Conviene recordar que, aunque pastoralmente está unida a la diócesis de la Provincia Eclesiástica de Zaragoza, nuestra Diócesis pertenece jurídicamente a la Provincia Eclesiástica de Pamplona.
(Obispado de Jaca)
En esta época, apareció en nuestra comarca un cura joven que había ejercido su ministerio en pueblos de la jacetania como Larrede y había recuperado templos que sufrían gran deterioro, su nombre Jesús Auricenea Garitacelaya, que fue destinado, como párroco a Navardún. Se quedó prendado de nuestras iglesias, y soñaba con limpiar sus interiores de los yesos y morteros que cubrían sus buenas piedras y especialmente, de las pinturas románicas de Bagüés, de Urriés, del ábside de la iglesia de Ruesta y El Cristo románico de Ardisa, que hoy embellecen el Museo Diocesano de Jaca, por el que tanto trabajó. *recordar*
En la villa de Erla, siendo párroco de la misma D. Luciano Salcedo y a principios de los 70, se iniciaron los trabajos en el interior del templo para limpiar sus piedras, bajo la dirección de este cura procedente del País Vasco, Jesús Auricenea, que no pudo ver terminada la recuperación de la iglesia, al llegarle la muerte cuando solo tenía 47 años, en 1975.
Lógicamente, antes de comenzar los trabajos, realizados voluntariamente por los vecinos del pueblo, con un buen profesional de la cantería al frente, Antonio Berges, también de Erla, se había procedido a desmontar el gran retablo neoclásico, que fue recogido en los bajos de la casa parroquial.
La iglesia quedó espléndida, apareciendo tras el retablo un enorme ventanal donde se colocó una vidriera que da luz natural al templo, motivo por el cual, el viejo retablo del altar mayor, que hasta entonces había mantenido a San Sebastián en lo alto y a Santa Ana y San Gregorio a ambos lados de Santa María la Mayor, quedase arrinconado, hasta que en 1992, desde el Obispado de Jaca, Felipe García Dueñas, que había estado de cura en Farasdués, pensó que recuperándolo podía ocupar un digno lugar en una iglesia abandonada a las orillas de un pantano, que por razones de expropiación estaba en desuso desde 1960, como todo el pueblo de Lanuza.
La idea llegó a feliz término el año 1993 cuando D. Eduardo Casajús ejercía de párroco en Erla. Por fin, el retablo del altar mayor, dejaba de estar olvidado e iba a ser restaurado.
Y aquí comienza una nueva vida para el gran retablo de Santa María la Mayor de Erla que hoy es el trono de San Salvador en Lanuza, en la iglesia del mismo nombre, construida sobre los restos de otra románica, cuyo crismón embellece su fachada; todo ello, gracias a la ASOCIACIÓN DE VECINOS DE LANUZA que consiguieron que en 1992, la Confederación Hidrográfica del Ebro, les revirtiera el suelo urbano que quedaba por encima del nivel de seguridad del pantano.
Esta asociación de vecinos, han recuperado buen numero de casas que habían quedado abandonadas, las escuelas y muy especialmente la mencionada iglesia de San Salvador, que hoy es motivo de admirarla en páginas de internet, tan interesantes como *www.romanicoaragones.com* y Aragon Televisión, que en Septiembre 2012, dio a conocer ampliamente, la recuperación de este emblemático templo y la implantación en él, del retablo de la villa de Erla. *Ver TV Aragón Pueblos abandonados a partir del minuto 11,25 del Vídeo*
El viejo retablo, magníficamente restaurado en Jaca y hoy en Lanuza.
Por exceso de altura, el copete del retablo hubo que instalarlo en el coro.
Solo me resta en este escrito, agradecer las aportaciones e información facilitada por amigos de Erla, como Carmen Bandrés, Nazario Diez y José Antonio Lasierra. Muchas gracias.
3 comentarios
Hola José Ramón, he visto tu blog y es muy interesante y completo. He puesto un comentario pero no sé si ha salido, creo que no. Te decía que gracias y que si Marcos lo hubiera leído se hubiera emocionado, que hubo una vez un grupo de Erla en Lanuza y él les enseñó el retablo.
Me ha hecho mucha ilusión y he sentido una gran pena por no poder compartir con Marcos tu blog con esas fotos tan bonitas y toda la historia.
Voy a seguir leyéndolo.
Ahora sólo quería darte las gracias.
Un abrazo.
También yo me emocioné al verlo.La verdad es que no podíamos haber encontrado mejor marco para su lucimiento, que el precioso pueblo de Lanuza.
Muchas gracias por contar todo tal como sucedió. El retablo está en la Iglesia de Lanuza, nos emocionó el día en que un grupo de Erla vino a verlo y gustosamente Marcos se les enseñó. Muchas gracias y un abrazo desde Lanuza.