La otra noria de Orés.

Era el día 20 de Enero, Fiesta de San Sebastián y los orensanos lo estaban celebrando cuando llegué a conocer la segunda noria, que me había comentado mi amigo Antonio Campos, alcalde de Orés.:: Ver 1ª ::

Estaba en la carretera, en el punto donde debía decidir, arriba o hacia abajo, y no dudé en llamarlo para que me indicara el lugar.

Efectivamente, tenía la noria a 50 m. y volví a llamarlo para confirmar mi llegada a la noria, no pudiendo aceptar su invitación de participar en la fiesta, que agradecí; pero tenía otro compromiso esa tarde.
La noria me dejó perplejo, imaginé la ilusión que le produciría a un labrador de secano, de un pueblo como Orés, sacar agua de un pequeño pozo para regar su huerta, con aquella noria que instaló a primeros del siglo pasado, en un frondoso varello.

Plantaría sus árboles y cultivaría sus patatas y hortalizas; pero por algún motivo, la noria , un día se paró, las aguas y malezas del barranco lo cubrieron todo y los árboles crecieron y crecieron.

Hoy solo son secos testigos que se desmoronan de viejos, y la noria sigue allí semienterrada.

Lástima que aquel artilugio que movió una mula o burro para sacar el agua, nadie lo salve de su abandono y lo mantenga en un lugar adecuado, recordando que es una de las dos norias que dieron agua y vida, en la villa de Orés.

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