No tenía ni idea de esta ermita hasta que conocí sus datos, como ermita prerrománica, en la «Guía del Arte Románico en Cinco Villas» de Mª Pilar Giménez, y aunque detalla el lugar donde se encuentra, preferí informarme en Luesia, encontrándome, ya jubilado y paseando en su pueblo a Alejandro Biesa, que pastoreó durante muchos años por tierras de «Sanchurriaga» y «Santa Anastasia» en Ejea, y conozco desde entonces.
Cualquiera diría desde su exterior que es una paridera, ya que la «sirria» del ganado, asoma por su puerta principal con un gran grosor; pero al abrir otra puerta la cosa cambia, allí está la ermita: Su pila del agua bendita al entrar, al este su altar y entrada a la sacristía y en sus paredes, pintadas las catorce cruces de un viacrucis, que en su día, alguien rezó.
El paraje y sus vistas desde él, precioso a 759 m. de altitud, pero triste por el abandono que impera.
La iglesia perrománica original, fechada entre 1030 y 1050, conserva tan solo la parte de la cabecera, estancia que fue utilizada como sacristía de la ermita, Su planta es rectangular y destaca la ventana monolítica de su cabecera, una pieza de dos vanos de medio punto decorada en su frente con motivos incisos de tipo geométrico, entre los que se encuentra una de las primeras representaciones talladas de un crismón.
Hago unas fotos del lugar y he colmado mi interés de conocer la ermita de Santa Eugenia de Luesia.
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