para su programa de radio: «Vivir las Cinco Villas»
que realiza con Berta Lambán
Siguiendo el Programa de Sensibilización Turística, promovido por CIVITUR y Turismo de la Comarca Cinco Villas, el lunes día 21 se realizó para los participantes a estas Jornadas, una visita al Castillo de Sádaba y a las villas de Uncastillo y Luesia.
En el castillo de Sádaba, nos esperaba con una fría escarcha, Merche Navarro, la Guía que desde hace varios años, viene cumpliendo con cariño e ilusión esta función, a la vez que ha visto, paso a paso, como se van mejorando los desperfectos de este castillo, que vivió tantos años de abandono.
Nos muestra cuanto se ha hecho y lo que falta por recuperar, quedando muy bien explicado y documentado, incluso historia de Sádaba y datos sobre la llegada de su «Cristo Marinero» encontrado en el mar, con un Vídeo, que bien podía ponerse a la venta, para divulgar el patrimonio cultural y religioso de esta villa de Sádaba, que a todos nos gusto, a mi, además, sinceramente me agradó su final, con una jota cantada por mi amigo Teodoro Arruga.
Llama la atención unos textos antiguos, escritos precisamente sobre el material empleado para unir las piedras, que no los tienen descifrados, así como marcas de cantero en algunas piedras.
Las fotos que aporto con parte del grupo, dan una idea de lo espléndido que es el Castillo de Sádaba; pero si lo quieres conocer mejor, visita la Web de Antonio García Omedes :: Aquí :: o lee los los textos de :: CAIaragón ::
Su magnífico castillo, se encuentra próximo al centro urbano, alzándose sobre un montículo. La villa estuvo al principio a los pies del castillo, pero en el siglo XV se trasladó al otro lado del río.
Erigido en el siglo XIII sobre dicha colina, es de estilo bajomedieval, con decoraciones claramente cistercienses. Tiene planta cuadrangular y una superficie de más de 1.000 metros cuadrados, y su recinto amurallado, bastante elevado, presenta torres de planta rectangular, cuatro en los ángulos y otras dos en el acceso en recodo al patio interior.
A lo largo de los lados norte y oeste se adosan dos grandes salas de dos plantas, y en el ángulo suroriental la capilla.
Un estrecho camino de ronda atraviesa y une las siete torres existentes. Este camino o adarve aparece reforzado por arcos perpiaños y crucería de arcos diagonales de medio punto, que dan entrada a una especie de zaguán descubierto por el que se accede al patio de armas.
En su centro está el aljibe, de gran capacidad. Tanto por el material utilizado, piedra sillar labrada y aparejada, como por la regularidad de la planta y sus proporciones, constituye un magnífico ejemplar de la arquitectura militar del Medievo.
Con este castillo, se abandona la tipología románica de recinto fortificado y se acepta la nueva tipología mediterránea, de carácter residencial. Se introducen así en Aragón nuevas formas artísticas y arquitectónicas, coetáneas a la expansión cisterciense.
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