He dejado arriba, ese legado que nuestros antepasados nos dejaron, como fieles testigos de religiosidad y contiendas, una iglesia y un castillo, y aquí, abajo, junto al pequeño reguero que ahora está seco, han quedado los restos de un pequeño molino movido por el agua y, enfrente, las ruinas de unas viviendas y sus cobertizos.
Sigo bajando hacia el Arba y la «fuente del boj» te invita beber.
Al llegar al río, subiendo al Pozo Pigalo, como me ha indicado Félix Compaired, encontraré otros restos de un molino, a veinte metros debajo del conocido Pozo.
Y efectivamente, allí quedaron sus piedras; en perfecto estado su cárcavo, por donde, después de mover su rodezno, salía el agua a reencontrarse con su río de donde había salido para cumplir su misión.
El paraje es excepcionalmente bello, altas, muy altas las montañas que lo acogen y el agua clara en sus pozos, que no falta.
3 comentarios
Sabes si hubo un «Señorío de Sibrana»?
En el siglo XVI existía el linaje de los Sibrana.
Cómo pasó al linaje de los «Morillo» en el siglo XVII ?
Cómo la baronía de Valdeolivo, posteriormente tiene el coto redondo de Sibrana?
Hola Pedro: Desconozco cuanto me preguntas; pero inserto tu comentario con tus dudas confiando que alguien las conteste. Gracias por seguir mi blog.
me alegra saber algo mas de sibirana, es uno de los lugares que mas me gustan y de los que mas presumo ante los amigos que vienen de fuera, por su belleza y facil acceso para aquellos que no gustan de largas caminatas. siempre habia visto las ruinas bajo las torres como simples construcciones de quienes antes pudieron vivir alli, ahora me acercare con mas detenimiento e intentare comprender la vida al abrigo de sus piedras