Sin llegar a Navardún, cuando se baja de la sierra de La Sarda por la carretera, puedes cruzar por Urríes, por una pista, para coger la otra carretera que sube por la Val D’Onsella y evitas unos km. Esto es lo que hice con esta idea, pero antes de coger el mencionado camino, me encontré con José Lacosta, que en otra ocasión había estado charrando con él, y le pregunté, hacia donde caían los restos del pozo del hielo, del que tenía alguna referencia; me contestó que sería difícil encontrarlo yo solo y prefirió acompañarme hasta el lugar.
A poco más de un km. dirección E., llegamos a un amplio terreno que llaman “La nevera”, con poca vegetación y junto a un barranco, por donde José empezó su búsqueda.
Pronto dio con el mencionado “nevero”. Está derruido, lleno de viejos maderos, quizás con el deseo de cubrirlo para evitar la caída de algún animal o persona.
Agradezco a Lacosta su compañía hasta el lugar, donde , como en otros pueblos, Urriés tenía su Pozo de Hielo.
Ojalá que algún día, pueda recuperar ese recuerdo de épocas pasadas, como lo han hecho otros pueblos.
Lo que si tienen bien conservada en Urriés, además de importantes casonas, como casa Omán, es la “Cruz de la Portaza”, a la entrada del pueblo, cuando vuelves de la zona de “la nevera”. Y allí mismo, en un local adecuado para matadero, están Javier Orduna con su padre y su tío Sixto, desollando y preparando los tres jabalíes que han cazado esta mañana, y que antes de su consumo, un veterinario, analizará sus carnes.
Les felicito por la cacería y me comprometo a enviarles por correo electrónico las fotos que les hago, y que, aunque ellos están muy bien realizando esas faenas, no considero oportunas incluirlas en el blog y, con mucho gusto se las envío.
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