Como tantos amigos y conocidas personas, Tomás Asiaín Magaña, pasó por la vida dejando un reguero de recuerdos, que en distintas ocasiones y momentos nos recuerda a su persona, trabajadora, inquieta, amante de la música, creador de bellas canciones y colaborador constante en todo aquello que él pudiera aportar algo.
No era de las Cinco Villas, nació en Tudela (Navarra) en 1923 y en la misma ciudad falleció 1989; pero desde la ciudad de Jaca donde ejercía como Director de la Banda Militar desde 1961, donde creó el Orfeón Jacetano y para él, bellas composiciones musicales, como «Aduermete», nana altoaragonesa (Chesa), «Jota Oroel» con letra de Jesus Dumall en 1962 y otras, puso gran interés para que en Ejea de los Caballeros naciera en 1970 el «Festival de Canción Aragonesa para Masas Corales», prestando todo su apoyo a la incipiente organización de ese Certamen Coral, que ya va por su 46 Edicción.
Tengo gratos recuerdos de él y cada vez que escucho alguna de sus composiciones lo recuerdo con cariño. Por eso hoy, presenciando a través de TV el desfile de las Fuerzas Armadas y, en el momento de la Ofrenda a los Caídos por la Patria, me emocionó escuchar «No es el final del camino», del sacerdote Cesáreo Gabaráin, que Tomás Asiaín en 1981, adaptó para ser interpretada por bandas de música.
Otros detalles que tenemos olvidados de este buen navarro, es que entre sus muchas composiciones tuvo muy presente la Jota y música aragonesa, siendo ganador en Zaragoza en 1961, del «Concurso Nacional de Pasodobles» con «La Ronda del Rabal», cuya letra era de José Mª Ferrer (Gustavo Adolfo, de Radio Zaragoza).
Sirva este recuerdo de hoy en mi blog, para mantener vivo en nuestra memoria a quien no debe ser olvidado, con estos versos y su música:
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Recordemos su figura en Wikipedia: VER
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