Ana Larraz Galé*
Después de ojear su último libro, que comenté oportunamente, *recordar* creí que esta nueva autora, para mi, Ana Larraz Galé de Tauste, bien valía la pena llegase a mi blog como FIRMA INVITADA y comentase su novela histórica. No lo dudó un momento. Agradecí su aceptación y es el momento de insertar en mi blog la descripción que la propia autora hace de su concienzudo trabajo. No tengo que hacer reseña alguna de su trayectoria literaria, ya que Ana Larraz, con toda su sinceridad nos desgrana paso a paso su pasión por la lectura y posteriormente hacia la escritura, donde deseo encuentre los mejores éxitos. Hoy agradezcamos su colaboración y esperaremos el 23 de septiembre para acompañarla en la presentación en Tauste de su interesante libro. José Ramón Gaspar
¿DE QUÉ HABLA «LA FOTOGRAFÍA. HISTORIA DE UN SOLDADO?
Hace unos días, cuando José Ramón Gaspar se puso en contacto conmigo, yo desconocía la existencia de este blog. Intentaré excusar mi ignorancia diciendo que vivo en Canarias desde hace casi veinticinco años y que, aunque intento seguir todas las noticias importantes de la comarca, se me pasó esta fantástica iniciativa pero os aseguro que no volverá a suceder… Desde hoy voy a ser su seguidora número uno…
Agradezco muchísimo que me haya invitado para desde estas líneas poder dar a conocer un poco mi libro «La fotografía. Historia de un soldado», pienso que su lectura puede ser muy interesante para todos los habitantes de las Cinco Villas.
Antes de seguir hablando me presentaré. Soy una taustana que lleva viviendo muchísimo tiempo fuera de su pueblo pero que no por eso ha perdido el contacto con él. Allí está la gente que me ha visto crecer, mi familia y muchos de mis amigos y siempre que puedo vuelvo a Tauste. A mí me pasa lo que a muchos, que necesito regresar de vez en cuando a mis raíces para coger fuerzas…
Pero sigamos. Yo nací en una familia de agricultores taustanos de los de toda la vida, de muchas generaciones atrás; nuestra forma de vida, era la misma que la de cualquier otra casa de labradores.
Éramos muchos de familia, pues además de mis padres y mis dos hermanos, vivían con nosotros mi abuela por parte de madre, viuda de guerra, y mi tío Manolo, el hermano de mi abuelo difunto. En una familia con tanto adulto, supongo que era normal que yo fuera una niña tranquila a la que le gustaba mucho escuchar las historias que contaban los mayores y más, si eran sobre la guerra civil y la desaparición del padre de mi madre; el hombre de la fotografía que ocupaba la pared principal del cuarto de estar y que hoy es la imagen de la portada de mi libro…
Desde que recuerdo, lo que más me ha gustado hacer es leer y también escribir, pero eso no quiere decir que dedicara mi tiempo solo a esas cosas. Os aseguro que conozco muy bien las fiestas de todos los pueblos de la comarca…
Bueno, el caso es que mis gustos literarios siempre me llevaban a escoger cosas relacionadas con la República y la Guerra Civil y, sobre todo, con cualquier cosa que estuviera relacionada con lo que ocurrió en esta zona durante esos años.
Pero a pesar de mi amor por la historia, a la hora de elegir una profesión me decanté por la arquitectura y durante muchos años dejé mi afición por escribir y solo mantuve mi interés por la lectura.
Y supongo que ahora os preguntaréis que cómo siendo arquitecto técnico, me dio por escribir un libro y además siendo ya tan mayor; lo comencé con casi cincuenta años…
La respuesta es muy sencilla, lo hice cuando tuve tiempo y fue fácil investigar. Os lo explico; con la llegada de Internet, buscar datos se convirtió en algo muy sencillo y cuando salió a la luz la Ley de la Memoria Histórica, casi en un juego de niños.
Pero no fue hasta el 2013, aprovechando que mi situación familiar me permitía dedicar más tiempo a la investigación, —mis hijos ya se habían hecho mayores—, cuando decidí empezar este proyecto.
Para ello, recorrí los archivos militares de Zaragoza y Barcelona. Visité los escenarios de los hechos: Quinto, Belchite, Bujaraloz, Lérida… Hablé con las personas que conocían de primera mano la historia… Buceé por la red buscando datos e incluso se creó un grupo de Facebook con el nombre del libro en el que todas las personas que quisieron, aportaron todo lo que conocían sobre el tema.
Además, otro suceso vino a favorecer esta investigación. Mi abuela nos dejó en febrero del 2012 a la edad de 100 años. Al recoger sus cosas, nos encontramos con 142 cartas que su marido le había enviado desde el frente. Ella había pedido que la enterráramos con ellas pero con todo el ajetreo de esos días se nos olvidó.
Leer esas cartas, creo que fue el detonante que me obligó a intentar saber qué fue de verdad de aquel hombre, cuál había sido su destino y por qué nunca volvió a su casa y por ese motivo comencé a indagar.
Es cierto que durante el transcurso de la investigación me he encontrado con mucha gente que me preguntaba que para qué escribía este libro. Me aconsejaban que era mejor dejar todo tal y como estaba, que bastante pena habíamos tenido ya como para andar removiendo las cosas y puede que tuvieran razón, pero yo no lo creo.
Esta novela, no tiene un afán de revancha ni de buscar culpables ni nada de eso; solo saber lo que ocurrió.
Soy plenamente consciente de que lo que le pasó a mi abuelo y a sus compañeros, seguro que también les ocurrió a otras personas del otro bando, pero no es esa mi historia, la mía es la que van a leer. Yo solo he querido contar las cosas tal y como fueron y, sobre todo, con la perspectiva de ellos, de los soldados. Unos soldados que no eran otra cosa que agricultores y jornaleros de nuestra comarca, cuyos anhelos y deseos eran los mismos: volver a casa con su familia cuanto antes…
La novela no habla de grandes cosas, ni de elevados conceptos. Tampoco es una lección de historia. Solo describe los pensamientos y sentimientos de un puñado de hombres de nuestros pueblos.
En este libro, lo que yo he intentado es dar a conocer cómo era el día a día de esos soldados. Explicar la historia pequeña, la de cada uno de ellos, y para ello he tenido el mejor documento: las cartas de mi abuelo.
En ellas, él le habla a su mujer de sus amigos, de lo que hacen allí, de lo que sienten, de lo que piensan. Explica cómo son sus relaciones con sus superiores, con la gente de Quinto —espectadores de una guerra que se celebraba en la puerta de su casa—, e incluso de lo que sentían por el enemigo —en muchos casos gente de su mismo pueblo con la que confraternizaban en un momento dado y a la que tenían que disparar en el siguiente.
Por eso en estas páginas hay tanto diálogo, porque son ellos, sin apenas intervención del narrador, los que os contarán lo que sucedió.
Y ahora me diréis, ¿pero solo habla de eso? ¿De cómo vivían los soldados? Pues no, hay un poco más. La novela tiene tres partes. Una es la que acabo de contaros, la que he podido conocer a través de las cartas de mi abuelo.
En la segunda se cuenta cómo fue la batalla de Quinto, preludio de la de Belchite. Para escribir esa parte he contado con la ayuda de muchos libros, pero ha sido gracias a Antonio Jardiel, un quintano amante y estudioso de la historia, quien nos ha dado a conocer muchos datos que hasta él llegaron de primera mano, pues se los contaron gente de la localidad que los vivió en carne propia.
Y la tercera, quizás la más triste, es la que explica lo que sucedió tras la batalla. Esa ha sido la que me ha llevado de un archivo a otro buscando expedientes, declaraciones, juicios, condenas y mucho más. Se han desempolvado papeles que llevaban casi ochenta años sin abrir y, gracias a ellos, podemos casi con seguridad saber lo que ocurrió.
Ah, se me olvidada. Hay una última parte en la que cuento cómo ha sido la investigación, pero esa si queréis os la podéis saltar porque ya os la estoy contando aquí.
Pero no me gustaría que penséis que aquí solo se habla de mi abuelo. No, esta es la historia de muchos hombres, casi todos ellos de la comarca de las cinco villas. En Quinto había taustanos, ejeanos, galluranos, biotanos, sadabenses, de Sierra de Luna… Gente de Remolinos, Mallen, Zaragoza, Borja,
Monreal, Calamocha y muchos otros pueblos… Todos ellos tienen su protagonismo en esta novela, incluso lo que estaban en el otro lado porque también eran de esos mismos lugares y casi seguro que sus vivencias serían parecidas. Unos eran amigos y otros enemigos, pero todos con muchas cosas en común.
Quizás leyendo esta novela nos podamos hacer una idea más real de lo que fue esa guerra de la que tanto hemos oído hablar y que a mi modo de ver, tiene bastante poco que ver con lo que nos están contado.
Y poco más tengo que decir, solo que me gustaría haber conseguido transmitir en este libro, cómo eran las gentes de nuestra comarca en 1936 y cómo vivieron una guerra que les tocó sufrir.
Muchas gracias a José Ramón Gaspar, por haberme prestado este espacio para poder comunicarme con todos los cincovilleses y aprovecho para invitarles a la presentación del libro que será el día 23 de septiembre a las 7.30 de la tarde en la Casa de la Cámara en Tauste.
Foto de una nefasta época descrita en el libro
Ana Larraz Galé.
Las Palmas de Gran Canaria, agosto de 2017.
Si queréis saber algo más sobre el libro o sobre mí. Me podeis encontrar en:
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