Como me propuse el pasado año, atendiendo la indicación de un amigo, que me recomendó visitara y hablara también de las iglesias de los nuevos pueblos de Colonización, que este año celebran sus Cincuenta Aniversario, he ido visitando una a una, las que pertenecen al municipio de Ejea de los Caballeros, comenzando en la de *El Bayo* y terminando en la de Santa Anastasia.
Aquí, coincidí en la casa de una familia que habían perdido a un ser querido, con unos amigos, con los cuales estuve una legislatura en el Ayuntamiento ejeano como concejal, Luís Aznárez de Rivas y Jesús Lasóbras, nacido en Ejea, pero su vida ha transcurrido mayoritariamente en Santa Anastasia, y nos cuenta, que está ultimando un libro sobre su hermoso pueblo, donde narra su historia, sus destacados acontecimientos y vivencias desde que comenzó su andadura; y con la certeza y naturalidad, que no dudo impregnará en él, deseo salga pronto a la luz, contando la historia, alguien que llegó a poblarlo siendo muy niño, trabajo sus tierras y cultivó pimientos por primera vez, vio nacer su Cooperativa y conocer el sacrificio, la alegría e ilusión, y el impulso y tesón de sus gentes trabajadoras, uniéndose con su texto y sus fotos, a esta conmemoración del «Cincuenta Aniversario de los Pueblos de Colonización».
La iglesia, como he comentado en alguna ocasión, está construida con piedra caliza, procedente de La Bardena, tiene un airoso campanario coronado por una Cruz de cemento, que las cigüeñas se empeñan en cubrirla con sus nido, a la vez que ayudan a blanquear las paredes y sus suelos.
El interior, luminoso como todos estos templos proyectados por D. Jesús Beltrán Navarro, es limpio en sus paredes donde destaca un zócalo en todo su contorno, de pequeños baldosínes con alegorías religiosas.
En el Altar Mayor, un Cristo Crucificado y a sus lados, Santa Anastasia, la Santa que desde muy antiguo, ya tuvo una ermita en sus cercanías y la Virgen María. Asimismo, está la imagen de San Isidro, patrón de los agricultores.
Cuatro grandes lámparas de hierro, cuelgan de su techo iluminando el templo que le ayudan otros pequeños apliques del mismo modelo.
Y si el templo está limpio y ordenado, sus exteriores son dignos de todo elogio.*más*
1 comentario
Qué ocasión para cambiar las 48 bombillas que hay en la Iglesia, que algunas están fundidas, por las que nos regalan de bajo consumo. Si al cura le parece bien la idea, yo regalo tres de mi familia.