Luis Mariano Roldán Fau
Siempre nos unió una estrecha amistad y admiraba la constancia y pulcritud de sus trabajos de estadísticas, censos agrarios y análisis de costos y producciones. Magníficamente documentado, con datos y reseñas históricas fue su primer libro editado en 2003, con el objetivo de aportar luz y visión de futuro, al conmemorar el Cincuenta Aniversario de la inauguración del Instituto de Enseñanza Media y Profesional de Ejea de los Caballeros, «Un reto al futuro. Ejea de los Caballeros, de la esperanza del agua a la búsqueda de su valor».
Las firmas que avalaban aquel trabajo, como José A. Guzmán Córdoba, Director General de Producción Agraria y Juan Orensanz García, Jefe de Servicio de Planificación y Coordinación, Departamento de Agricultura, que conocían a la perfección a su autor y sus aptitudes, supieron valorar ampliamente aquel trabajo, que sigue siendo tema actual en muchas de sus facetas.
Hoy al terminar el año, cuando se analizan resultados en las distintas actividades y se programa el futuro, Luis M. Roldán Fau, atendiendo a mi invitación para enriquecer mi página, me envía un artículo que no dudo será del agrado de muchos de mis lectores, por sus interesantes aportaciones relacionadas con la principal actividad de nuestra zona, La agricultura y ganadería.
Su perfil profesional de toda una vida volcado en estas materias, Luis M. Roldán Fau lo condensa así:
Funcionario del Estado en Aragón desde 1979.
Jefe de Sección de Estadística del Departamento de Desarrollo Rural y Sostenibilidad del Gobierno de Aragón desde 1999.
Licenciado en Ciencias Ambientales e Ingeniero Técnico Agrícola y Máster en Ordenación de Territorio y Medio Ambiente.
He representado la Estadística Agraria por las Comunidades Autónomas del Estado Español en la Agencia Europea de Estadística (EUROSTAT) en Luxemburgo.
He pertenecido durante 19 años a la mesa Nacional de Estadística Agraria del Ministerio de Agricultura y Medio Ambiente.
Entre otras publicaciones he escrito un libro sobre el medio rural de nuestro municipio.
Quo vadis Ejea?
En la historia de nuestro municipio hay tres hitos decisivos, su delimitación territorial con la concesión de los fueros, los efectos de la ley desamortizadora de Madoz que posibilitaría la posterior revolución verde y por último la llegada de los colonos a los pueblos creados por el Instituto Nacional de Colonización (INC) en los años cincuenta y sesenta del siglo XX. La importancia socioeconómica del último suceso y sus efectos actuales son suficiente motivo para tratar de comprenderlo.
El inicio de la colonización.
El sector del término municipal por entonces colonizado correspondió a parte de la margen occidental del río Arba, un total de 12.587 has (21% de la superficie municipal y el 50% de la superficie cultivada), repartidas entre 839 colonos, lo que representó un incremento del 80% del número de propietarios existentes según el catastro de 1955.
La construcción de los pueblos fue con el ánimo de crear unos asentamientos humanos con un único objetivo, aumentar la producción agraria primaria. La distancia de éstos a la que será la metrópoli (Ejea), es variable, entre 7 y 15 km,. Ésta realizará el acopio de la mayoría de los productos del campo e incluso su transformación (hortalizas o productos ganaderos). Por tanto, según la Teoría General de Sistemas Ejea será el centroide de unas unidades con un único objeto, la producción agraria a su nivel más básico. Esta estructura económica supone que entre los seis pueblos no exista desde su génesis relación económica alguna. El nacimiento de estos pueblos se produce en 1959, justo el centro de la época que se ha venido a definir como “productivista” y cuya finalidad era satisfacer las necesidades alimenticias la población.
Aproximación a la propiedad tradicional de Ejea de los Caballeros (Ferrer Regales 1956)
La llegada de los colonos vino acompañada en pocos años de la puesta en riego de más de 17.000 has de las tierras del término, la mayor parte de ellas repartidas entre los colonos de forma equitativa, por lotes de unas 15 has de superficie media. Esto supuso a costa de los Comunales y Propios municipales una redistribución de la superficie cultivada en Ejea que se tradujo en un mejor reparto de la renta agraria, en discusión con esta idea el Fondo Internacional de Reconstrucción y Fomento en 1962 cuestionó la equidad y justicia social, denunció la escasez de dimensión de los lotes y puso de relieve el fomento del minifundismo. Pero la realidad fue que la población y la economía municipal crecieron muy rápidamente.
Por otro lado en el Estado Español aparecieron Servicios Autónomos, semejantes a los que en EEUU se crearon dentro de las medidas “New Deal” e imitados por Cabestany en 1956, como el Servicio de Extensión Agraria, que se encargaron de aportar desarrollo tecnológico a estas explotaciones agrarias, apoyo a las familias y a las comunidades e iniciativas entre la juventud. Pronto cuajaron ideas de Paulo Freire en el espíritu de aquellos agentes que tenían la misión de canalizar el desarrollo rural en sus comarcas de actuación.
Aquellos pueblos desde sus inicios no tenían autonomía organizativa, social ni económica y si total dependencia y tutela del personal del Instituto Nacional de Colonización. Además el origen variable de sus gentes añade componentes de dificultad a la asimilación de su identidad con la “nueva tierra” y la idea de “territorio” será desigual y tardía. La razón de la creación de esas poblaciones fue debida a que se necesitaba mantener la proximidad de vivienda y lote; el regadío exigía mayor dedicación y mano de obra. La dimensión de las explotaciones obligaba a intensificar su gestión, introduciendo hortalizas, frutales o cultivando dobles cosechas.
La premisa de Colonización era conseguir mano de obra que supiera producir, pero desde el inicio las infraestructuras comerciales agrarias en nuestro territorio, estaban en su mayor parte concentradas en Ejea ciudad, recordamos a la Embotadora como Grupo Sindical de Colonización. Cuando veinte años más tarde los hijos de la primera generación de colonos se dieron cuenta de que producir vale por uno y saber vender multiplica por diez, debieron hacer frente a una economía de mercado abierta pero ya parte de esas estructuras de transformación y comerciales habían sido adquiridas por multinacionales y otras, creadas por ellos, poco a poco fueron desapareciendo.
Primera fábrica de Conservas de tomate, instalada en Bardenas como Grupo Sindical de Colonización antes de trasladarse a Ejea.
La actualidad de los núcleos.
Los pueblos de colonización han disminuido su población en los últimos 35 años un total de 1.728 personas (40%). Sin embargo, en Ejea ciudad la población ha crecido 2.837 personas (25,6%). La disminución porcentual de cada núcleo está entre el 30 y 40% de la que había en 1981. En ese periodo, la reducción marginal anual en los pueblos ha sido de -55 personas/año, sin embargo el incremento marginal en Ejea-ciudad ha sido de +40 personas/año.
De las 839 explotaciones de colonos iniciales, en 2010 quedaban residiendo en los pueblos 412 explotaciones (42,2% de las totales en el municipio). De las 12.600 has expropiadas al ayuntamiento de Ejea y a privados, en 2010 los colonos residentes en los pueblos cultivaban unas 10.000 has. de las cuales 7.000 has correspondian a los “lotes” primitivos y el resto (3.000 has.) era tierra comprada o alquilada procedente de otros polígonos del municipio distintos a aquellos sobre los que el INC actuó. Por tanto 5.600 has. han salido fuera de los pueblos de colonización con las explotaciones, de ellas, más del 50% es tierra cultivada por residentes en Ejea-ciudad. El goteo de venta de lotes continúa en 2016. Como resultado se está produciendo una gran concentración de la propiedad, en la actualidad el 30% de las explotaciones agrícolas o mixtas (agrícolas y ganaderas) del municipio disponen del 72% de la tierra.
Las explotaciones que han quedado han tenido que optar por la extensificación, han aumentado un 60% su superficie. Mientras que el lote medio inicial tenía una superficie de 15 has. actualmente la explotación media supera las 24 has. Los cultivos cerealistas y forrajeros representan el 95% de las alternativas.
Ejea de los Caballeros, el municipio.
El total del municipio de Ejea con sus 995 explotaciones con domicilio fiscal en él (827 personas físicas y el resto 168 jurídicas), genera 105 millones de € brutos, sin la deducción de gastos. De esta Producción Final Agraria (PFA) el 46% la producen las explotaciones cuyo titular son personas físicas el resto (54%) jurídicas. Las explotaciones ganaderas producen 65 millones de € (56 son de porcino) y las agrícolas 40 millones. Las ayudas PAC (pago único y agroambientales) suman 14,2 millones de €, el 75% lo reciben las personas físicas y el 25% las jurídicas.
Sin embargo los recursos productivos del municipio son aún mayores, si consideramos aquellas explotaciones que tienen en su mayor parte la tierra o las granjas en Ejea pero que sus titulares no residen en él, tendremos que sumar 151 explotaciones más, de las cuales 117 son personas físicas y 34 jurídicas. Sin embargo, estas no las contabilizaré pues aunque generan renta de los recursos municipales, no queda aquí y no participa en su desarrollo. De los 731 municipios aragoneses Ejea representa en todas sus variables entre el 3 y 3,4% del sector agrario aragonés. Esto puede darnos una idea de su importancia dentro de nuestra región. El número de empresarios agrarios ejeanos representan el 3,3% de los aragoneses, su edad media es 55 años, muy inferior a la media aragonesa que está en 65.
En 2016 se han cultivado 43.529 has repartidas de la siguiente forma: cereales 55,5%, forrajes 27%, barbechos 10%, hortalizas 2%, leñosos 2,5% y el resto otros cultivos. Es de destacar las 721 has de almendros (unas 350 plantadas en los 3 últimos años) y 839 has de hortalizas. La superficie media de las explotaciones agrícolas ejeanas es de 40 ha/explotación y adsorben 0,9 Unidades de Trabajo Agrario (UTA).
En cuanto al ganado, la fortísima crisis del ovino-caprino está afectando en Ejea igual que en todo Aragón, en los últimos 15 años ha disminuido la cabaña el 40%, las mediadas de la Política Agraria Común implantadas en 2006 han sido la causa que más la ha acelerado. En Aragón las 8600 explotaciones de 1995 han quedado 3300.
El porcino en el mismo periodo se ha incrementado, las cerdas madres han aumentado el 50% y las plazas de cerdos de cebo el 80%. En la actualidad se engordan en Ejea del orden de los 700.000 cerdos; sin embargo el número de explotaciones porcinas ha disminuido en estos años un 21% y la integración es la forma de explotación predominante. Recordemos que la PFA calculada son los cerdos producidos para vida y sacrificio por su precio, sin embargo lo que ingresan las explotaciones porcinas es la cantidad acordada con el integrador por cerdo engordado (el 10% de la PFA).
Ejea produce anualmente unos 55 millones de € de renta agraria, si dividimos por 995 explotaciones la renta media por explotación resulta 55.256 €., pero lo que de verdad importa es cómo se distribuye la renta entre las empresas agrarias; el 50% no superan los 22.000 € de renta anual y solo el 30% obtienen más de 44.000 €. Si ahondamos en este desequilibro podemos comprobar que la renta media de las explotaciones cuyo titular es una persona física es de 30.000 €/explotación, mientras que si es persona jurídica asciende a 175.000 €/explotación. Además las 198 explotaciones mayores obtienen 43 millones de €, lo que significa que el 19,7% de las explotaciones con residencia fiscal en Ejea generan el 77% de la renta del municipio.
Núcleos de población versus ciudad de Ejea.
Si las explotaciones de colonización estaban diseñadas en sus comienzos para absorber 2-2,5 UTA’s, en la actualidad la extensificación de las explotaciones y la mejora tecnológica en mecanización, hace que sea suficiente con 0,5 a 1 UTA/explotación. De ésta forma surge la agricultura a tiempo parcial combinándose con otros empleos y en este caso es la metrópoli quien más posibilidades tiene para ofrecerlos. En todo el municipio el 65% de las explotaciones necesitan menos de 1 UTA y el 50% menos de 0,57. Esta ha sido una de las causa de la proliferación de las granjas de porcino o del crecimiento de los arrendatarios.
Las fuerzas que ejerce Ejea a sus núcleos no son siempre iguales y en el mismo sentido y deben ser consideradas dentro del proceso de desarrollo. Ejea atrae a los pueblos de colonización en razón inversa a su distancia; Bardena y Santa Anastasia son fuertemente atraídas por la metrópoli, no ocurre lo mismo con el resto de pueblos de colonización más alejados. Por el contrario y paradójicamente en los antiguos núcleos municipales, Rivas y Farasdués, no se cumple esa regla; el primero es un pueblo de fuertes raíces históricas asentado a solo 5 km de Ejea en la ribera del rio Arba de Luesia con estructuras de explotación muy consolidadas y con una identidad territorial por parte de sus gentes muy clara. Farasdués a 8 km, ya en los somontanos y colindante con el embalse de San Bartolomé, ante el proceso de desagrarización no ha podido mantener su población y la fuerza ejercida por Ejea es abrumadora, actualmente solo quedan 87 vecinos.
Por otro lado, la puesta en riego de casi 34.000 has. con el Canal de las Bardenas ha producido un brutal cambio en la morfogénesis territorial. Los ambientes esteparios son transformados en nuevos “lotes” para el cultivo del regadío, realizando, en ocasiones, nivelaciones sin precaución y aflorando subsuelos improductivos. La pérdida de la biodiversidad originaria fue evidente. Además el colono en los años sesenta luchó por la transformación de aquellas estepas semiáridas al paisaje de regadío productivo. Así mismo, el regadío indiscriminado supuso la salinización de tierras y la necesidad de implantación de medidas correctoras que a la larga supusieron un coste añadido. Sin embargo podemos añadir que el regadío ha supuesto el asentamiento de una nueva riqueza faunística y aunque alguna de las aves que allí predominaban, hoy en peligro de extinción, ya no queden, otras le dan a este territorio una riqueza biológica interesante. La antropización ha supuesto recreación de hábitats. La Gaia de Lovelock se manifiesta en Ejea con potencia.
Por el contrario, Ejea ciudad atravesó todos los estadios de desarrollo de una ciudad de sus características. La industria de maquinaria agrícola perdió fuerza, pero los reiterados intentos por mantener o crear agroindustria y el crecimiento de los servicios, han hecho del municipio uno de los más prósperos de Aragón. Ejea ha pasado de una funcionalidad eminentemente agraria a tener un perfil pluriactivo primero y multifuncional después. Sin embargo este camino no ha sido recorrido de igual forma en todo el territorio ejeano ni por todas sus gentes. Los pueblos de colonización que nacieron limitados, cuan kibutz productivista y no comunitario, con la promesa de alcanzar la propiedad de la tierra, continúan invariantes estructuralmente e imbuidos en una Política Agraria Común que no les favorece, incapaces por sí mismos de establecer procesos adaptativos a la nueva ruralidad postproductiva surgida en los años noventa. Mostrando en ocasiones, posturas contradictorias a la PAC, la diversificación, paradójicamente, no es asumida en la actualidad con la misma fuerza que en la época productivista y el incremento de la actividad ganadera intensiva bajo el modelo de integración foránea, cuestiona ambiental, económica y socialmente las iniciativas europeas.
¿Deberá ser la metrópoli Ejea quien arrastre a todo el territorio, o por el contrario los pueblos encontrarán identidad propia?. No podemos obviar la dinámica socioeconómica que hasta ahora ha fijado las bases del desarrollo del municipio. Pensar en los pueblos como motores aislados de desarrollo en un mundo global no parece muy adecuado, pero por otro lado, limitarles su desarrollo individual tampoco parece lógico. La metodología adaptativa del concepto de ruralidad permite pensar en un desarrollo vertebrado y coordinado, en una auténtica ordenación territorial a escala.
Por eso si queremos un verdadero desarrollo para nuestro pueblo, lo primero que hay que hacer es preguntarse: ¿Adónde vas Ejea?
Luis Mariano Roldán Fau
Abreviaturas:
UTA: Unidad de trabajo agrario. Una UTA equivale al trabajo que realiza una persona a tiempo completo a lo largo de un año. Corresponde al trabajo realizado equivalente a 1826 horas y mas o bien a 228 jornadas y mas en un año. Metodología del Instituto Nacional de Estadística (INE) para el Censo Agrario y la encuesta de Explotaciones Agrarias.
PFA: Producción final agraria = (Cantidad X Precio) + Reempleos + Subvenciones a productos.
Renta agraria: PFA – Consumos Intermedios + Otras Subvenciones – Amortizaciones – Impuestos
INC: Instituto Nacional de Colonización.
Su primer libro y primeras páginas con su índice.
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