Castillo de Obano iluminado en una noche estrellada.
Obano, nos tiene acostumbrados a verlo en medio del campo, en distintos momentos de la vida del cereal, adornado de nieves y escarchas o luciendo esplendoroso los vivos colores que le resaltan los rayos del sol en esa Val de Junez y de La Ruta, pero iluminado todo él en una noche estrellada… tenía que llegar con su cámara y sus luces Miguel Ángel Tirso Bodoy para captarlo así y poderlo disfrutar.
¡Qué solo y semi-abandonado a su suerte ha quedado Obano!
Tendremos, al menos, que seguir hablando de él y fotografiándolo, para que permanezca muy cerca de nuestro recuerdo y no se olviden de él quienes pueden conseguir que permanezca vivo y espléndido.
Nadie puede pensar que todo puede permanecer eterno e inamovible sin ayudas ni cuidados. Ni los Castillos.
«Según los censos del año 1818, en estos entornos, de las 30 heredades existentes, 16 estaban dedicadas al cultivo de la vid» (J.I.Saez) y hoy, ni una cepa puede ofrecernos sus uvas.
Queriendo conocer la historia de otros lugares, también he llegado a Obano. Porque junto al Castillo, donde se redactó la Carta de población de Luna, un 2 de Septiembre de 1092, también hubo una ermita dedicada a Santo Tomás de Obano, cuya piedra fue imprescindible para contruir la ermita de Ntra. Sra de Misericordia en 1722, sobre otra que ya estaba derruida y dedicada a San Bartolomé, habiendo sido construida en 1659.
Gracias amigo Miguel Ángel por tu trabajo sobre nuestro patrimonio y por esas Exposiciones Fotográficas que nos acercan a él. Te felicito. *recordar Exposición Castiliscar*
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