Libro escrito por Carlos Leoz Bueno. Presentado 27-XII-2008,
donde incluye unas fotos que le hice en el monte.
donde incluye unas fotos que le hice en el monte.
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Carlos Leoz Bueno entre papeles y recuerdos
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–Lo que me propongo lo consigo.– Así me hablaba Carlos las pasadas Navidades, a punto de presentar su libro, su primer libro que a los 72 años, escribió y editó con la sola ilusión de contar en él, sus vivencias y pequeñas historias de su pueblo. *Recordar*
Aquel acontecimiento colmó su satisfacción que lo dejó abrumado, ante las muestras de cariño y afecto que recibió de sus vecinos y amigos de otros lugares, en aquella presentación, que demandaban su dedicatoria en las páginas de su libro. –Me dolía la mano de tanto firmar- comentaba con una alegría inmensa.
Pero una traicionera enfermedad, a partir de entonces, fue minando su salud y no pudo vencerla por mucho empeño que ponía en conseguirlo. Aquí no pudo Carlos.
Recordaremos su carácter abierto y soñador, algunos lo recuerdan entre mulas y tractores e incluso jugando a la pelota; yo lo recordaré dispuesto a acompañarme por el monte, contándome pequeñas historias, que con su chispa de humor las hacía amenas, graciosas y fácil de recordar…y volveré a leer su libro, donde además de lo que cuenta Carlos, el libro nos deja claro, lo sincero, lo noble y cabal que fue este amigo, que para siempre se ha ido.
Cuando salga este post, estaré acompañando a su familia y amigos en su funeral y despedida, pero quiero quede constancia de mi pesar y lo expreso aquí con estos recuerdos.
Aquel acontecimiento colmó su satisfacción que lo dejó abrumado, ante las muestras de cariño y afecto que recibió de sus vecinos y amigos de otros lugares, en aquella presentación, que demandaban su dedicatoria en las páginas de su libro. –Me dolía la mano de tanto firmar- comentaba con una alegría inmensa.
Pero una traicionera enfermedad, a partir de entonces, fue minando su salud y no pudo vencerla por mucho empeño que ponía en conseguirlo. Aquí no pudo Carlos.
Recordaremos su carácter abierto y soñador, algunos lo recuerdan entre mulas y tractores e incluso jugando a la pelota; yo lo recordaré dispuesto a acompañarme por el monte, contándome pequeñas historias, que con su chispa de humor las hacía amenas, graciosas y fácil de recordar…y volveré a leer su libro, donde además de lo que cuenta Carlos, el libro nos deja claro, lo sincero, lo noble y cabal que fue este amigo, que para siempre se ha ido.
Cuando salga este post, estaré acompañando a su familia y amigos en su funeral y despedida, pero quiero quede constancia de mi pesar y lo expreso aquí con estos recuerdos.
Carlos Leoz Bueno, ¡Descansa en Paz!
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