Cuando Ángel Franca nos ofrece una fotografía de dos parejas de cisnes nadando frente a la ermita de Añesa, nos hace pensar que esas anátidas no se han criado allí, porque nunca las hemos visto merodeando por esos entornos, han venido aparejadas de otros lugares o se han enamorado en el camino, por que al igual que las palomas, toda su vida transcurre unida la misma pareja. Solo cambian si una muere. Entre las diferentes razas que existen, éstas de pico negro, (Cygnus buccinator), según nos cuenta la Wilipedia proceden de incluso de América, aunque posiblemente estas parejas, es muy posible se hayan escapado de algún lugar recreativo o de criadores de aves acuáticas en la península.
Muy frecuentada está la mencionada zona de Grullas, también aves de gran envergadura, que a su paso a otros países del norte de Europa, descansan en nuestros pueblos, causando a veces daños en los cultivos, aunque sea muy bonito verlas volando por nuestros cielos, marcando figuras rectilíneas.
Gracias Ángel por tus fotos.
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