Torre de san Martín, al fondo la ermita de Loreto.
Impresionente murallón de piedras y roca
¿Cuando se eliminaría su redondez?.
Felices cuidando lo antiguo
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Cadiera, mesa y baúl, todo restaurado por José Luís.
¿Quien después de conocer Uncastillo, y haber escuchado a su guía oficial, Jesús Zarralanga, *ver* describiendo cada minúsculo detalle, de las portadas de sus iglesias, su museo, e incluso, haber comprobado la acústica de sus templos románicos o desde el coro de la iglesia de San Martín de Tours, con su rotunda y clara voz cantando Gregoriano, no ha tenido el deseo de perderse a solas por sus calles estrechas?
Algo así me ha ocurrido a mi. Las calles que salen de la Plaza del Mercado, estaban bloqueadas con vehículos militares, incluso un cañón cerraba la arteria principal del Ayuntamiento.
Algo así me ha ocurrido a mi. Las calles que salen de la Plaza del Mercado, estaban bloqueadas con vehículos militares, incluso un cañón cerraba la arteria principal del Ayuntamiento.
Había visto la Exposición que sobre LA MILI, mostraba en varios paneles, las fotos de varias épocas con sus jóvenes uncastilleros vestidos de militar, de sus respectivos regimientos.
Una exposición, que a los mayores y no tan mayores de esta villa les encantaba, recordando aquellos años que obligatoriamente había que cumplir el servicio militar, en diferentes Cuerpos del Ejército, incluso en El Sáhara.
Bajé por la calle Mediavilla, después de contemplar las imponentes murallas que circundan el Castillo, recopilando las portadas de las casas que más me llamaban la atención y los llamadores de muchas de ellas; pero al detenerme a charrar con unos vecinos, pude comprobar con cuanto cariño, han recuperado algunos muebles que ahora embellecen su patio y se sienten orgullosos de ello.
Bajé por la calle Mediavilla, después de contemplar las imponentes murallas que circundan el Castillo, recopilando las portadas de las casas que más me llamaban la atención y los llamadores de muchas de ellas; pero al detenerme a charrar con unos vecinos, pude comprobar con cuanto cariño, han recuperado algunos muebles que ahora embellecen su patio y se sienten orgullosos de ello.
José Luís Casanova, me cuenta las contrariedades que tuvo, hasta conseguir ver su restaurada Cadiera, fuera de la cocina alta, donde la tenían, y verla ahora en su patio.
Lo mismo de satisfecha se siente su esposa, Mª Pilar Calvo, de la restauraciones realizadas en su mobiliario y en la escalera de su casa, toda de piedra.
Felicito a este amable matrimonio, que resultó ser familia de mis amigos.
Hasta otro momento.
La antigua cadiera con su mesa abatible en el centro.
Mantienen las viejas escaleras de finas piedras areniscas
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