Recientemente, un amigo me pidió lo llevase a conocer Los Aguarales de la Marcuera, pues le habían contado, que era un lugar con encanto por sus formas naturales, que solo el agua, el sol y el viento pueden realizar en ese tipo de arcillas. La circunstancia de la actual pandemia no nos ha permitido cumplir este deseo, pero cuando no exista el problema, iremos a él.
La humedad de la pasada primavera aportaron cuanto precisaban las plantas que viven en sus entornos y lo inundaron de bella floración. Aun así, sigue sin darse a conocer, sin marcar unos senderos para recorrerlo con facilidad, evitar la entrada de ganados e indicar con señales, cual es su mejor entrada para realizar un buen recorrido visual del conjunto.
Cierto que para todo ello, lo que falta es voluntad. Hace diez años parecía estaba cerca la realización de todo cuanto era preciso, para dar vida y esplendor a este paraje ejeano, que alguien soñó, era el sitio ideal para poner en él atractivos proyectos.
Yo por mi parte, seguiré hablando de estos «Aguarales» o «Boquerones» del Barranco Rompedor de la Marcuera, que pacientemente siguen esperando a los amantes de naturaleza, para que disfruten de su belleza. Visiten al menos estos enlaces: Barranco Rompedor.
3 comentarios
José Ramón, desconocía la existencia de esos aguarales, en cuanto podamos volver a Ejea te pido ubicación.
Un abrazo aunque sea virtual.
Estaba escribiéndote y desapareció lo que te decía (por la nube andará). Te comentaba que yo tengo fotos de los Aguarales, que si quieres pongo a tu disposición para tu blog, sin ningún compromiso. Algún día valorarán tus inquietudes y ese blog, por tanto cuanto más completo mejor. Un «codazo» Pepe
Gracias Ángel: Cierto que cuantas más visitas y fotos del lugar podamos unir, más fácil será dar a conocer este Barranco Rompedor que a nadie decepciona.