Tras leer la noticia en Heraldo de Aragón sobre los Bienes de Sigena y el Obispo de Barbastro-Monzón, Ángel Pérez Pueyo, por razones de paisanaje y amistad me considero obligado a traerlo a mi blog, uniéndome a las frases de elogio publicadas, por su constancia y valor para conseguir se cumpla lo dispuesto por la Justicia. ¡Ánimo D. Ángel!
(Artículo de Heraldo de Aragón. Pulsar y ampliar)
«Al igual que todos ellos, buscó el acuerdo con Cataluña pero a diferencia de ellos, y ante la imposibilidad de que los vecinos reconocieran la propiedad aragonesa de las obras de arte, ha sido el primer obispo en sentar en un banquillo a un homólogo cuando llevó ante el Juzgado de Barbastro a Salvador Jiménez en la primavera de 2019 por no devolver los 111 bienes depositados en el Museo de Lérida. Un gesto valiente e inédito en la historia episcopal española y que no gustó en el ámbito eclesiástico español.
“Se ha jugado la mitra con este procedimiento”, afirma Jorge Español, letrado buen conocedor de este litigio. Pero como reconocen sus colaboradores más inmediatos, “no tenía más remedio”. Fue una decisión “muy rezada como cada paso que da”, explica otro colaborador cercano, y que llegaba tras agotar todos los cartuchos.
Con Ana Pastor y con los Reyes
Pérez habló con su homólogo Jiménez, se reunió con el Consorcio para plantear la creación de la Ruta del Románico entre ambas provincias -siempre reconociendo la propiedad de Aragón de los bienes, algo que no fue posible-. Habló con la entonces presidenta de las Cortes y mujer fuerte del PP entonces en el poder, Ana Pastor. Llegó incluso a elevar este tema ante los Reyes de España planteándoles la misma tesis que ya llevó a Lérida, “hacer una oportunidad del litigio y crear una ruta en torno al patrimonio que generare riqueza en nuestro Pirineo despoblado”.
Buenas palabras pero pocos hechos. Lo mismo que en Roma. Así las cosas, si Barbastro quería recuperar esos bienes no le quedaba otra que acudir a la vía civil para hacer ejecutar las sentencias canónicas. Y lo ha hecho desde “la humildad de una pequeña diócesis, desde la dignidad de un pueblo con el único deseo de hacer justicia”, citando sus palabras. Y siempre con un mensaje de mano tendida y de fraternidad hacia Cataluña como el que pronunció el lunes 15 cuando regresaron las 23 primeras piezas al Museo de Barbastro.
“Hay sectores de la iglesia que no ven bien que se haya acudido a los tribunales civiles, pero las sentencias vaticanas, aunque son muy bonitas, no se han cumplido. Era la única forma de solicitar este litigo y creo que ha hecho muy bien”, explica el abogado Jorge Español. “Los obispos a quien no le ha gustado esto, tienen que ponerse en el papel de don Ángel que ha hecho todas las gestiones amistosas y han sido infructuosas”.
Con la llegada de las 23 primeras piezas se cierra un nuevo capítulo de un libro cuyo desenlace está por escribir. Pérez estará deseando verlo terminado pronto para poder dedicarse plenamente a su labor pastoral, acudiendo hasta el último pueblo del Pirineo como cuando lo hizo para oficiar misa en Arén a los pocos días del paso de Filomena, visitando a los reclusos desde la pastoral penitenciaria que ha impulsado, clamando por la colaboración con Cáritas ante la crisis económica y participando con los jóvenes en esas Noches Claras, que una vez al mes celebra en el convento de las monjas clarisas en Monzón. Otra de sus geniales ocurrencias.
El equipo de trabajadores del Obispado y su grupo de colaboradores lo definen como un “buen gestor, muy pegado a la realidad, trabajador incansable que apenas duerme, que genera una frenética actividad, es el primero que se remanga en todas las faenas, se moja, tira del carro, firme, exigente, con habilidad de crear equipos, de gran generosidad, un líder”. “Es una persona que a nadie deja indiferente, como todos los grandes hombres”, recalca Andreu.
A esos atributos hay que unir su gran inteligencia e ingenio y sus “altas miras” para que esta “diócesis sándwich”, apetecida a lo largo de la historia por unos y otros, sobreviva otro milenio con prosperidad y fraternidad, tal vez gracias al efecto revitalizador en el plano económico que pueda suponer la llegada del resto de bienes y la creación de su añorada Ruta del Románico.
Hasta que ese momento llegue, el libro de la historia de la diócesis y de litigio ya guarda un destacado capítulo para Ángel Pérez. “Es un obispo que pasará a la historia”, concluye Español.»
Monasterio de Ntra. Sra. de Sigena (foto El País)
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