recuperada de su antiguo asentamiento, donde sacaba el agua del pozo
Hace dos años, hablaba de «Norias»; traía a este blog la que consideraba que era la última noria de Ejea *recordar*, y posteriormente encontré otras, en Ejea y otros pueblos de la comarca que las fui comentando; pero la que hoy traigo a este post, es algo más que una noria; es un retazo de la historia de una familia ejeana que marcaron una época de esplendor en esta Villa. Me estoy refiriendo a la que nosotros conocimos como CASA ALPUEMA, que en sus principios, desde 1860 era conocida como «El Armero».
Victoriano Pueyo Piedrafita, nacido en Jaca, se casó en Ejea de los Caballeros con Francisca Pérez y estableció en la Calle Horno Grande su taller. «Su pericia y habilidad eran extraordinarias», confeccionaba todo tipo de utensillos y vendía y reparaba armas de fuego, quedándole como apodo «El armero».
Pero fue Balbino, su hijo, nacido y fallecido en Ejea, 1869-1942, que trabajó y aprendió el oficio con su padre y que mantuvo el mismo apodo, «El Armero», quien captó el progreso que se avecinaba en nuestra agricultura, y en 1903 construyó en la plaza de Goya su taller de reparación de maquinaria agrícola, con gran actividad, donde le ayudaban cinco operarios.
Pero Balbino Pueyo Pérez, no se limitó a la reparación; en 1920 era Agente de las Segadoras Mc Cormick para toda la comarca de las Cinco Villas. Tenía talento y fabricó, entre otras máquinas, cantidad de norias, que se instalaban por diferentes lugares. Le fundían las piezas importantes en Elorrio (Vizcaya) y aquí se hacían los cangilones y se montaban las norias.
Hoy, tengo la satisfacción de traer una de aquellas norias, fabricada por «El Armero», padre de Alfonso Pueyo Marín, Fundador de ALPUEMA, conservada por sus descendientes, y que gentilmente será entregada al Ayuntamiento de Ejea de los Caballeros, para su instalación en las nuevas instalaciones de «La Ciudad del Agua», Aquagraria.
Desde mi blog, agradezco a esta familia sus atenciones, teniendo que volver en otro momento a comentar detalles y recuerdos que han sabido conservar. Gracias.
1 comentario
Gracias por valorar todo lo que aportaron mis ascendientes en la historia de la industria y de nuestro Ejea. Lo lamentable es lo que vino después y la situación actual, pero también son cuestiones marginales.
Quiero recordar que, siendo alcalde de Ejea Javier Lambán, en conversación privada me comentó que Ejea había sido injusto con mi abuelo, y que, sin duda, merecía un reconocimiento que hasta ahora no tiene.
Y escribe esto un Cosculluela, descendiente del titular de la avenida de Pablo Cosculluela. Alfonso Pueyo aportó mucho más, innovando y dando trabajo a cientos de personas, incluyendo a bastantes que no eran ni necesarios ni contingentes, como todos los ejeanos sabemos.
Ejea nos debe reconocimiento.
Reitero las gracias por dar a luz esta realidad histórica, José Ramón.