Cuando visité Farasdués últimamente, *recordar* trataba de encontrar en su torre uno de los dos relojes que construyó Victoriano Pueyo Piedrafita , más conocido por «El armero», para dos pueblos de nuestra comarca, uno de ellos para Uncastillo, donde guardan documentación de la compra y el otro, que mantenemos la duda sobre su paradero.
Esta construcción de relojes, fabricados artesanalmente para nuestra iglesias, no cabe duda que sería propiciada, tras la reparación del reloj de Santa María de Ejea de los Caballeros, llevada a cabo por el mencionado «Armero», llegado de Jaca a Ejea en 1860 y falleciendo en esta misma villa en 1899, habiendo confeccionado y reparado infinidad de primitivos aperos de labranza, hoces, tijeras y armas de fuego.
El tiempo, que nada perdona, llegó a inutilizar el reloj de la torre de Santa María de Ejea, y por razones de obras fue retirado de su torre, llegando a una de las chatarrerías ejeanas; pero casualidades de la vida, información, o fortuito destino, el reloj que reparó aquel «Armero», fue localizado por el nieto de este, Alfonso Pueyo Marín, que lo compró al chatarrero por 1000 pesetas, a finales de los sesenta.
Lo conserva su familia, con la esperanza de que algún día pueda adecuarse y poner en funcionamiento, para disfrutar de aquellos artilugios de ruedas dentadas y palancas que marcaron el tiempo en aquella época, y que enrollando una cuerda en un cilindro, mediante una manivela, unas pesas conseguían desenrollar, haciendo funcionar la maquinaria del reloj, que a su vez hacía sonar las campanas, marcando horas y cuartos en las torres de nuestras iglesias.
Confiemos también nosotros, de que ese día llegará.
Relojes en las Cinco Villas
El viejo reloj de Santa María de Ejea.
El viejo reloj de Santa María en un almacén de Alpuema.
Iglesia de Santa María de Ejea de los Caballeros
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