En las proximidades del Arba de Biel, el Torreón de Obano.
Escuché en días pasados la entrevista que a Luis Miguel Casajús Ciudad, alcalde de Luna, realizaba Lucía Liso desde Radio Cinco Villas, y me sentí profundamente satisfecho sobre el tema de Obano, que, hace un tiempo había tratado Noeli Barceló desde Heraldo de Aragón.
Veamos un enlace de este blog para no repetir lo escrito. VER, y recordemos que desde hace mucho tiempo, ese esbelto torreón de Obano, casi a las orillas del Arba de Biel, creado en una llanada de campos de cereal a cuatro pasos de Luna, y con una bella historia sobre esta Villa, nos ha tenido pendientes de él a muchos de los que lo conocemos y nos alegra todo aquello que vaya encaminado a su restauración y mantenimiento, y ojalá pronto, al nombrarlo, podamos considerarlo realmente como el Castillo de Luna.
Será momento de profunda satisfacción para Luna y de gran agradecimiento a la familia propietaria hasta hoy, Viejo-Rivera, que han sabido desprenderse de algo tan importante, como un castillo que les legaron sus antepasados, reconociendo que es el mejor camino para mantener bien cuidado toda la vida, el Torreón de Obano, que inamovible, seguirá entre sus sembrados. Mi felicitación para ambas partes.
Iluminada en la noche estrellada. Miguel Á. Elviro Bodoy
2 comentarios
Gracias Carmen por tu interesante comentario.
Desconocía que la toponimia asignada al Torreón de OBANO pudiera estar relacionada con los tonos blancos de los campos de su entorno.
¡Hlos, José Ramón! Me gustaría aportar un punto de vista toponímico que yo tarde años en descubrir. Encontré la solución en «Las Etimolodias» de Vicente García de Diego, se ocupan del término.
Esos campos de cereal, en contraste con el oscuro del monte, dieron origen a esta toponimia tan particular, defendida por García de Diego, presidente que fue de la RAE.
OBANO, de ALBANUS, el blanco. Es una designación metonímica: hace referencia a esos campos blancos que rodean al castillo. Es muy original y, su poca frecuencia, despista a algún filólogo.