Cincuenta años de un Pantano
El de Yesa se quedó pequeño.

El Pantano de Yesa cumplía este año su 50 Aniversario de su puesta en funcionamiento, en un año, que las lluvias y nieves colmaron su capacidad; pero llegó el otoño y con él, uno de los límites más bajos que ha vivido el Pantano de Yesa, dejando a la vista esos descarnados restos de un balneario que guarda en el fondo de sus aguas. *Recordar*.
Hoy las miradas se centran en ese recrecimiento, que sin afectar a ningún pueblo, hará posible, que las aguas del Pirineo no se limiten para el regadío para el cual fue concebido; la ciudad de Zaragoza y cincuenta poblaciones de su entorno, quieren tener asegurada para beber, esas aguas que por el Canal de las Bardenas y a través de la Acequia de Sora, ya llegan al *Embalse la Loteta*, con ese exclusivo fin.
Pero para ello, en primer lugar, los regantes navarros y aragoneses de la zona de Bardenas, quieren contar con el agua precisa para sus cultivos, antes de transportarla a otros destinos. Por esto, para satisfacer todos esos justos deseos, es preciso recrecer Yesa, guardar las aguas, que algunos años se pierden en el mar, y que a veces, incontroladas, ayudan a inundar y destrozar, cosechas y poblaciones de la ribera del Ebro.