«Loma del Cuco», es un bar, bien conocido y muy visitado en la villa de Tauste, que Marcelino Cortés en su Toponimia sobre esta villa, detalló, bien a las claras el lugar donde está ubicado:
«La Loma del Cuco cierra al sur el casco urbano de la localidad». El apelativo loma completa su sentido con el adyacente preposicional del Cuco.
Este adyacente es el orónimo cuco, voz formada sobre la raíz céltica *KU, que designa una elevación pequeña del terreno y redondeada, en forma de mogote o montículo.
Compárese este mismo uso toponímico en el Barrio de El Cuco en Ejea de los Caballeros o en El Cuco de Uncastillo»
Su dueño, muy orgulloso del nombre que ha dado a su establecimiento y del lugar donde está creado, bien descrito por Marcelino Cortés en su Toponimia de Tauste, no ha dudado en resaltar todo cuanto Marcelino dice, en un vistoso cartel, con el dibujo de la Abubilla o «gurgute», que alguien con sorna habrá ha querido inducir al nombre del Establecimiento.
Nos recuerda en su escrito, que :
-Hasta que Marcelino nos ilustró, todos pensábamos que Cuco se refería al pájaro. Para más lío, en Tauste y alrededores, el Cuco no es lo que en el resto del mundo.
En Tauste el Cuco es la Abubilla (Upupa epops) también llamada Gurgute.
El Gurgute es un ave vistosa por su colorido y su cresta; pero a la par es una especie de mofeta voladora, que, al lado de su cloaca o culo, tiene una glándula que segrega un líquido pestilente con el que rocía los huevos en el nido para alejar a los depredadores.
A una persona con problemas de higiene personal, decimos que “güele pior que un nido de cucos”-
No dudo de la satisfacción de su dueño con las aclaraciones toponímicas de este lugar, en el mencionado Libro de Marcelino Cortés, cuyo autor y en sus agradecimientos en las primeras páginas, resalta en primer lugar el nombre de su padre, D. Miguel Salas Lagranja, que desinteresadamente ayudó con sus profundos conocimientos sobre Tauste, con sus dibujos y planos, a la realización de la «Toponimia de la Villa de Tauste.»
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Amigo Salas: Te felicito por tus aciertos y reconocimientos a nuestro incondicional amigo Marcelino Cortés Valenciano, y recuerdo el agradecimiento de tu padre, cuando antes de una charrada en los porches de Tauste, le regalé mi primer libro: «Francisco de Val. Vida, poesía y música».
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