En varias ocasiones he visitado el Castillo de Obano y he fotografiado su interior en alguna de sus visitas. Y cierto que: «No tuvo este Castillo de Obano, con sus cuatro plantas y sótano, la grandiosidad que muestra con sus arcos interiores Yequera, pero su historia es relevante desde el año 978, cuando posiblemente era una torre de madera, en posesión de los árabes, que a partir del siglo XI se construyó de piedra picada, hasta ser conquistada por los cristianos, que instalaron en su entorno una iglesia o ermita dedicada a Santo Tomás de Obano.
Recordaba que en este castillo a orillas del Arba, se redactó la Carta de población de Luna, el 2 de septiembre de 1092.»
Pero a la altura que se ha fotografiado este equipo de profesionales de la restauración de la villa de Tauste, no había llegado nunca, para captar en toda su intensidad, las profundas heridas que muestra nuestro Patrimonio.
Me alegra infinito que esta decisión de su restauración, esté en sus manos, como lo ha estado la iglesia de San Gil de Mediavilla, en Luna, que tanta preocupación nos había creado.
Esperemos que su largo camino hasta su restauración total sea un acierto, como todos deseamos.
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