Ya estamos aquí, mañica,
ya estamos en nuestro pueblo,
más crecido y más remajo
quel día que lo dejemos.
Ya estamos en nuestra casa,
rincón de nuestros recuerdos…
sencilla, vieja y pequeña
lo mismo que nuestros cuerpos.
Paice quel tiempo ha ido atrás,
cuando en estas mismas fechas
yo salía con la ronda
sin pesares ni tristezas,
ofreciéndote mis jotas
tan bravas como sinceras.
Pero los tiempos cambiaron,
de aquello, ¡qué poco queda!
Ya no hay viejos de calzón,
no hay requintos ni vihuelas,
y hasta nosotros perdimos
las costumbres de esta tierra.
-Es verdad mañico; -contesta la abuela,
pero tu ya sabes porqué abandonemos
la vida del pueblo.
Por estar con ellos, con los ñetecicos,
que al morir su madre,
nos acorralaron como los fillesnos
y nos arrastraron de nuestra casica
pa cuidar sus vidas, pa velar sus sueños.
-Tienes razón maña, -replica el abuelo-
Dios así lo quiso,
Nos robó el cariño de la única hija.
La dulce esperanza de estos dos agüelos.
Ha pasado el tiempo
ya son casi mozos los ñetos mayores
y aunque nuestro luto será siempre eterno…
ellos han querido venir este año
a las Fiestas mayores del Pueblo.
Y yo… ¡También lo quería!
No pa disfrutar como en otros tiempos,
nos falta alegría.
Sino para estar una y otra vez
rezando junticos a nuestra Patrona,
por ella y sus hijos que amantes cuidamos.
Y lo que más siento, mañica, es pensar,
que al pasar las Fiestas, sus bailes, sus fuegos,
cuando todo acaba
y queda tranquilo de bullas el pueblo,
nos querrán llevar volando con ellos,
porque a nuestras cosas, no tienen apego.
y no se dan cuenta, aun siendo los ñetos,
que es nuestro tesoro, la paz de esta casa
con sus trastos viejos.
-Pero hay que volver por los más pequeños,
que ellos necesitan de nuestros cuidaus,
de nuestras caricias, besos y desvelos.
-No me llores maña, que estamos en fiestas,
y nuestra Patrona, quiere las vivamos
con paz y alegría,
olvidando penas y los sufrimientos.
¡Hay que ser murallas
contra la marea de los contratiempos!.
Y si en estas fechas un día no estamos
pa rezar junticos, igual que este año…
Ya sabrá la Virgen, que lejos, muy lejos,
cumpliendo el deber de padres y agüelos,
-Han muerto estos viejos-.
Ejea de los Caballeros- septiembre 1962
J. R. G.
06-03-2006
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