Fachada principal del Santuario
Fachada Este y entrada a la Iglesia
Regia construcción datada en 1540
Patio interior
Colección de panderetas ofrecidas año tras año por los Quintos de Luna
Si el sol abrasa en los exteriores del Santuario, tras sus enormes paredones de piedra, da gozo estar.
Para mí, que ya conocí este lugar siendo niño, tienen recuerdos imborrables esos estrechos pasillos, como en una fecha concreta, decía en unos versos: *Ver* , y hoy, acompañado por una de las Hermanas de la Congregación Marta y María que atienden este Santuario de Monlora, visito estos lugares y estancias, hoy perfectamente renovados, pero que indudablemente conservan los recuerdos de muchas generaciones.
A la Virgen de Monlora, las gentes de sus pueblos limítrofes, preferentemente las de Luna que la tienen por Patrona, siempre le han llevado sus súplicas, pero también lo mejor de sus ofrendas. Si hemos conocido rogatívas en épocas de sequías, también hemos visto la alegría y la música ante su Santuario, y a los pies de su altar, un ramo de flores que una novia, ha subido hasta Ella después de su boda…
Los Quintos de Luna, desde hace muchos años, ofrecen a la Virgen de Monlora una pandereta pintada con motivos sobre la Virgen, su montaña, etc. y en ella, tantas cintas de vistosos colores como quintos haya cada año.
Lo cierto es, que la cantidad de panderetas expuestas en la actualidad en Monlora, es considerada por Luís Miguel Bajen García, en su libro, «Músicas de la Tierra», como la mejor colección de panderetas de Aragón. Y es bonito comprobar en ellas, el número de quintos y quintas que cada año ha tenido la villa de Luna, incluso los nombres de cada uno de ellos.
Me gustaría contar, lo que he conocido de la Congregación Marta y María, a través de las religiosas que viven en Monlora, pero creo merecen les dedique un espacio más amplio, y lo haré en otro momento.
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