Al fondo de la calle la Torre de la Iglesia.
Un jardín bien aprovechado en la Navidad
Las casitas podían ser ibicencas.
Me invitó a visitar el Belén de Bardenas mi amigo «Dios», además de Teresa Arnal,; voy a decir el nombre y apellidos de este amigo, pues parece que me atribuyo unas amistades que no es posible alcanzar. Este es el apodo de Juan José Bericat Palomo, actual alcalde de Bardenas, y por lo cual yo aseguro, que en Bardenas, desde que está de alcalde, se hacen las cosas como Dios manda.
Muchas son las actividades creadas por este activo alcalde, pero el belén que cada año se instala en las propias calles del pueblo, fue iniciativa de un grupo de mujeres hace veinticuatro años, cuando esos grupos de trabajo y colaboración en favor de todo el colectivo, ni se llamaban asociación ni tenían nombre alguno. Sé el nombre de algunas de ellas, pero prefiero omitir en favor de todas las demás.
Hoy, lo tenemos instalado en el Paseo Zaragoza al abrigo de una rinconada, junto a la fuente, en uno de sus jardines entre sus cipreses y plantas e iluminado tan solo por las farolas de calle, aunque me consta, que al visitarlo la primera autoridad ejeana, ha prometido facilitarles iluminación para las próximas navidades.
Año tras año han ido incrementando el número de figuras y hoy parece estar muy completo; en el centro el portal de Belén, con las figuras propias de lo que representan adorando al Niño Jesús, los Reyes por los caminos, su río de plata con sus puentes, y los castillos, palacios y casitas realizadas con porexpan o corcho blanco y escayola, todo cercado con una malla metálica, para evitar que los perros se paseen por él.
Mi felicitación a ese grupo de mujeres anónimas, que año tras año, para disfrute de todos que lo visitamos, montan tan bello Belén en las calles de Bardenas.
¡Enhorabuena!
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