¿Cuando conocí a Alejandro Duarte Rivera? No lo sé concretar. Hace muchos años que visité por primera vez la Villa de Luna cuando en sus montes, concretamente en La Gayata, entre encuentros de pinos y romeros, cultivamos sus tierras con un verde tractor. Y en Luna, ¿fue Leopoldo Salcedo, Blas Nocito, Ramonico, etc. etc. quienes nos hablaron al uno del otro?.
No recuerdo quien nos presentó; pero desde entonces, como si nos conociéramos de toda la vida. Cualquier duda que se me presentaba de Cruces y Cruceros u otros temas de Luna, allí estaba Alejandro para resolverla. Tenía amistad con todo el mundo. Me contó historias y vivencias que es bonito recordar: Como aquel viaje a Monlora con su seiscientos en 1972, para subir al compositor Francisco de Val, que quiso conocer a la virgen de Monlora y su camino, y crear esa bella canción, que el Grupo Parroquial de Luna hizo resucitar más tarde. (Ver fechas)
Todo pueden ser elogios para Alejandro, ahora que se ha ido, pero en la viejas páginas de un libro, hablando de crear una Banda de Música en la villa de Luna, recuerda: «Una etapa de iniciación a la música se inicia en 1978 gracias a la iniciativa de Prisco Aznárez Alastuey, quien desarrolló una gran labor de enseñanza con los jóvenes del pueblo. Hay que destacar la valiosa colaboración de Alejandro Duarte y Mª Jesús Otal así como el apoyo de los padres de los chavales «.
Amigo Alejandro, nos dejaste miles de gratos recuerdos; te fuiste de esta vida en profundo silencio, e involuntariamente y sin enterarme, no pude acompañarte y despedirme de tí. Esta fotografía que tuve la suerte de hacerte aquí en mi pueblo, será siempre tu recuerdo en las páginas de mi blog.
¡Sabes cómo me duele decirte Adiós para siempre ! ¡Mi pesar y sentimiento, deseo se unan fuertemente al de tu familia!
¡Alejandro Duarte Rivera, D.E.P.!
1 comentario
Era «dios», como le apodaban cariñosamente muchos amigos, porque siempre estaba en todas partes y siempre dispuesto a ayudar y colaborar con alegría. ¡Qué maja persona y qué bueno!. Con Lorenzo estará haciendo «muy buenas migas» para Dios.
Magnífico recuerdo en tu blog, Pepe. Siempre lo tendremos presente en nuestra memoria.