Silente multitud estática, encantada;
fantásticas tangibles imágenes reales;
onírico tumulto de iconos verticales
de abigarrado molde en turba uniformada.
El acuoso cincel de la lluvia avezada
superando medidas y cotas temporales,
fué tallando uno a uno y todos desiguales
monolitos extraños que pueblan la ensenada.
Tropel de estalagmitas formadas al desgaire
nos contemplan pasivas irradiando impresiones
con lenguaje terroso que aturde el intelecto.
Panorama grotesco que nos mece en el aire
gravitando al impulso de extrañas sensaciones
abocadas al numen de tan mágico aspecto.
Félix Landa Otal
Ejea, MAYO 2002
Sin comentarios