Cuarenta y seis años hace que fue poblado El Sabinar con jóvenes familias labradoras, procedentes de distintas poblaciones de la zona, predominando los de Ejea de los Caballeros, separando ambas poblaciones unos 13 km.; y si su construcción y puesta en regadío de sus tierras, supuso una gran transformación en esta zona, todavía hoy las cosas siguen cambiando: sus cultivos, actividades y formas de vida. Hay arrozales, Casas Rurales y variadas explotaciones ganaderas, incluso granja de avestruces al pie de la Bardena.
Esta es la razón principal por la que visito el nuevo bar- restaurante «Bardena Ros», cuyos propietarios llevan adelante la crianza de avestruces.
Me acompaña Oscar, que muy amablemente me enseña la nave de crianza, me da pormenores de estos animales, que por lo menos, han de pasar un año en la granja hasta su sacrificio, que los más negros son los machos, que las hembras han de tener dos años y medio, al menos, para empezar a poner sus huevos y su vida puede alcanzar 50 o 60 años, etc.
La verdad que me han parecido unos «bichos» muy serios, nada asustadizos y amables… lo justo.
Les hago las fotos con la confianza, de que algunos de mis nietos que viven lejos de aquí, les van a gustar como me han gustado a mí.
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