Lo acompañaba su paisano y amigo mío, José Trís y no dudó un momento en facilitarme el texto de su homilía, que con tanto gusto transcribo aquí:
Año Nuevo ¿Vida Nueva?
De verdad que este primer día del año llega bien cargado de celebraciones: Año Nuevo, Jornada por la Paz y María Madre de Dios. Triángulo singular en el que sería bueno encajar nuestra vida.
Año Nuevo- Os imagináis que se hiciera, verdad eso de «año nuevo, vida nueva»? ¿Y que los futurólogos no nos soltaran ya sus presagios calamitosos, sino una lluvia de bendiciones sociales, culturales, económicas y morales ?. ¿Y que, mientras vivimos comprobáramos que nuestro entorno se transformaba y llegábamos al final del año llenos de dicha.
Pues no soñemos; no porque no sea posible, sino porque nos empeñamos en que eso de «año nuevo, vida nueva» nos tiene que venir dado «de fuera», como una lotería. Nos resistimos a admitir lo contrario: que la «vida nueva» tenga que nacer de «dentro», de nuestro esfuerzo personal, de nuestra conciencia de pecadores dispuestos a cambiar, de nuestros continuos propósitos de enmienda.
Y sin embargo es así. Los deportistas suelen reconocer a veces que «han tenido suerte». Pero siempre añaden: «Lo que pasa es que la suerte hay que buscarla».
Lo mismo pasa con eso del «Año nuevo, vida nueva».Jornada de la Paz. Imaginadlo. Se acabó el terrorismo y la inseguridad ciudadana. Ya no hacen falta cerrojos. Terminaron las amenazas, los insultos y la violencia; tanto la deportiva y de género como la política. Ha brotado por doquier la flor de la comprensión, del respeto mutuo y del diálogo. Se ha hecho verdad el canto de los ángeles y la encíclica de Juan XXIII: Pacen in Terris e Isaías sonríe contento, viendo que «conviven el lobo y el cordero«. Pues , no, No lo creamos.
Por una elemental razón. Porque, al revés de lo que ocurre en la vida, en que todos aspiramos a ser el «el primero» en el escalafón social, cultural o deportivo, en esto de «perdonar», de «olvidar», de «ceder»—, en esto, nadie quiere ser el «primero». «Que ceda el otro -decimos- que es el que empezó«…
Y finalmente María madre de Dios.
Hablándonos de María, con la bondad que le caracteriza, termina esta homilía Carlos Mendi, y yo, al comenzar el nuevo año 2009 , le deseo lo mejor para el transcurso del mismo. ¡Feliz Año Nuevo!
1 comentario
Felicito a los amigos de este blog, que visito casi a diario, porque saben poner los puntos en esas cosa pequeñas, que pasamos por alto y que son la grandeza de la vida. Admiro a ese cura de Rivas. Mis mejores deseos para el nuevo año.