Hemos visitado El Frago, en uno de esos días que las campanas de la iglesia suenan tristes por la muerte inesperada de uno de sus hijos, amante de su pueblo y de sus montes.
Nos vemos en sus calles, de auténtica y cuidada judería, con algunos ejeanos que han venido a acompañar al familiar fallecido, y también hemos saludado a Jesús Romeo, joven concejal de este ayuntamiento que conocí hace un tiempo.
Tratábamos de visitar el viejo molino harinero de El Frago; pero el camino no está en las mejores condiciones para llegar hasta él y nos volvimos de «El Coto», ese pequeño parque junto al Arba de Biel, donde se conservan unos Árboles Singulares de Aragón, conocidos por ::«Chopos de el Coto» ::, una fuente y a su lado, todo un conjunto bien ideado para pasar una jornada agradable y deportiva, en plena naturaleza.
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