Coordenadas GPS: losgitud 1 1 39W latitud 42 12 27N
«Arriba en el monte, clavada en el cerro», está «la Barrera de Gabriel y Teresica», que solamente a través de senderos era posible llegar a ella.
Esto era así en los años cincuenta, cuando cultivando con mi familia las tierras de La Gayata, conocí este lugar; donde parecía sentirse uno más cerca del cielo, divisando más abajo, montes como «Los Tres Hermanicos» de Farasdués y dominando la vista, grandes espacios y pinares, donde al fondo, aparece la silueta de Monlora.
Era una casa llena de juventud, de trabajo y alegría. Agricultura, ganadería y caza eran las constantes en aquella familia de muchos hermanos con ideas de superación, que poco a poco, fueron abandonando el lugar hacia otras actividades, llegando a crear dos de ellos, empresas punteras en carpintería, conocidos como Hermanos Mena en Ejea de los Caballeros, después de haberse iniciado en Farasdués.
Fue en esta casa, donde escuché por primera vez en el monte, sin corriente eléctrica, la radio; por cierto, a la madre de los Mena le sorprendía que en aquel aparato, nombraran tantas veces: «Gallina Blanca, Gallina Blanca».
Hoy, como me apuntó Víctor, el más joven de los hermanos, he llegado perfectamente hasta la vieja era; he paseado por su entorno hasta los grandes pinos del extremo este, contemplando el paisaje, he visto los restos de unos carros que allí quedaron inservibles, una pequeña segadora atadora FAHR y lo que fueron colmenas de caña en el abejar.
La casa está abierta y cuidada, aunque completamente sola, guardando en su patio las hoces y las zoquetas, que un día segaran las mieses de sus varellos y que hoy, cultiva con su tractor un nieto de esa familia.
No me canso de mirar desde esta atalaya en todas direcciones, pinares y rastrojos y el silencio, es tan nítido, que se percibe el aleteo de unos cuervos, que unos buitres acompañan a gran altura.
Bajo de estos montes, por la vertiente que me llevará al Río de Orés, cerca de donde lo cruza el Canal de las Bardenas, con un acueducto.
Aquí los campos son más extensos y más llanos, donde me encuentro a un pastor bastante mayor con su rebaño, y que me aporta recuerdos de aquellos años, cuando nos ayudó en la siega en la Gayata, abriendo orillos a hoz, antes de meter la segadora. Me habla de mi familia, que recuerda, y prefiere no lo retrate, pues en este momento, no se considera presentable para la foto. Guardaré su recuerdo y su nombre: Máximo Romeo de Orés. Gracias por tus palabras de amigo.
1 comentario
Hola Pepe. Gracias por tus palabras del otro día.
Quiero contaros una historia.
Como recordarás mi familia pasaba los veranos en la Fábrica de El Frago. En el año 1965 llebamos un transistor a pilas que nos hacía las tardes más amenas. Nos juntábamos todos para oir la novela, mientras las mujeres lavaban la colada y la vajilla, incluido el Sr. Emeterio, propietario del molino, hombre curtido en los años de la posguerra, y al que de vez en cuando le caían lágrimas de emoción al escuchar el relato. Cuando mejor estaba la novela, la cortaban para publicidad, y esta se refería a Colgate. El, lleno de rabia contestaba: «colgate del cuello».
Nosotros nos moríamos de la risa.
Perdonad por esta pequeña historia que he querido compartir.
Saludos.