Hubiera querido contestar antes a la pregunta que me hacían hace un tiempo, sobre quién había sido Don Ildefonso de Miguel Dehesa, al que se le dedicó una de las nuevas calles de la villa, pero me costó encontrar su biografía. Así mismo me enviaban una foto de la Fuente de Bañera del año 1927, en cuyo reverso se lee, que quien está sentado en el murete es el citado Ildefonso.
Gracias a José Luís Jericó que me apuntó la pista correcta, llegué al Programa de las Fiestas 1996, donde Javier Lamban Montañés, escribió un articulo sobre «Diez ciudadanos notables de la Ejea contemporánea», y de cuyo texto, traigo al blog, lo que concierne para esta respuesta.
Efectivamente los apellidos son muy ejeanos; pero no son los correctos en esta pregunta. Nada tiene que ver este Doctor e Investigador, con el regeneracionista D. Gerardo de Miguel Dehesa, nacido en 1852 y fallecido 1938, militar que alcanzó la graduación de teniente coronel, y que en Las Cinco Villas, trabajó apasionadamente en favor de la comarca, a principios de siglo pasado, y bien se merece recordarlo como se merece.
D. Ildefonso no tiene Miguel de apellido; la M. que sigue a su nombre en la placa, corresponde a Manuel y, Dehesa es su primer apellido, seguido de Bailo.
Es también un ejeano, pero nacido el año 1895, en la calle Huesca, hijo del letrado ejeano don Gonzalo Dehesa, vivió aquí hasta los doce años, trasladándose entonces a Granada donde se hizo cargo de él su tío Lorenzo Dehesa. Terminó allí el Bachillerato y la carrera de Medicina, obteniendo premio extraordinario tanto en licenciatura como en el doctorado.
Becado por la Universidad de Granada, amplió estudios en Munich, en cuyo Instituto Anatómico dio clase durante tres años, a la vez que investigaba en el campo de la embriología y la anatomía patológica.
Con otra beca- esta vez de la Universidad de Madrid- estuvo en 1932 en Londres, haciendo prácticas de instalación de museos anatómicos en el University College. Pero,-…- la guerra de 1936 truncó la brillante carrera de este esforzado investigador.
A diferencia de otros muchos colegas suyos, él se quedó en España y, en 1943, ganó la cátedra de anatomía de la Universidad de Salamanca. En 1962, concursó a la cátedra de anatomía de la Universidad de Madrid, obteniendo 24 de los 34 votos que formaban el tribunal. Sin embargo, por razones desconocidas, el ministro demoró el otorgamiento de la plaza.
Diecisiete meses después, de tristeza por lo ocurrido, según Bentura Sariñena, murió.
Confío que con la descripción de estos datos, quede aclarada la pregunta que me hacía un amable e interesado ejeano.
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