No censures mi intento trigo hermoso,
que adornas verde aún la sementera.
al quererte cantar como el poeta
que inspirado exalta tu belleza.
Yo soy un labrador como esos muchos,
nacidos en esta noble tierra,
que a jirones gastando va su vida
con la fe puesta en Dios y la esperanza en ella.
Por eso, no sabré expresar
tus valores con elocuencia suma,
la mano que empuña la mancera
no es tan apta en pulsar lira ni pluma.
Sin embargo…yo te canto trigo hermoso
con mi lenguaje viril de campesino,
porque unida a ti va mi existencia,
y unido a tu abundancia, mi destino.
Semillas doradas cual pepitas de oro,
un día de otoño os dejé escondidas
en el muelle lecho que os abrió mi arado;
allí fue el comienzo de tu nueva vida.
Flechas y púas apuntando al cielo,
semejan los campos inmensos rastrillos,
el marrón, el ocre que domina el suelo
se puebla de verde, de verde amarillo.
Suelos alfombrados parecen los campos
vistos desde lejos, la vista se pierde
en un mar de trigos; trigos en promesa
que son mi esperanza, mis alfombras verdes.
El trigo encañado perfila su espiga,
con el juega el viento que suave lo mece,
inmenso oleaje cuando él lo castiga;
los trigos se encorren; así lo parece.
Mi trigo ya es mozo, le apunta la barba,
con el Cierzo apuesta – a que no me pillas –
ya ve desde el campo discurrir el Arba,
aprendiz de río de las Cinco Villas.
Matices de verde borran los linderos,
el trigo es tan alto que oculta las mugas,
las hojas más bajas ya se van secando,
mi trigo y mi frente ya tienen arrugas.
Floreció la espiga y fue fecundada,
su fruto incipiente mira hacia lo alto
y en el suelo eres, la flecha clavada
venida del cielo hoy azul cobalto.
El campo se torna de tono pajizo,
el trigo se ve entre sus grumillas.
Ya viene la siega, ya llega el hechizo,
este es el momento de las Cinco Villas.
Cual pepitas de oro rubias y morenas
son en mi granero tus hermosos granos.
Ya siento alegría y menos mis penas,
¡Pan habrá en mi casa invierno y verano !
Qué suave la vida preñada de amigos.
Qué buena mi tierra cuajada de trigo.
Qué dulce y sencilla mi vida contigo.
Mi vida es el trigo en fruto y semilla,
la tierra es mi novia y mi poderío;
mi norma ser bueno, respetar la ley.
Mis hijos mi orgullo, casi mi delirio,
mi reina mi esposa y el trigo mi rey.
Trigo, mi rey, hoy de amor henchido
te cantan mis labios ruda poesía,
razón es que también te cante
el que amante te siembra y te cultiva.
José Ramón Gaspar
» Fiesta de la Espiga.» Ejea de los Caballeros. Mayo,1956
Fue ganador del Certamen D. Antonio Gamoneda.
( Premio Nacional de Poesía 1988
XV Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana. 2006.
Galardonado con el Premio Cervantes 2007)
28-02-2006
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