Portada de la Ermita de Puylampa a 421 m. altitud,
(42° 15? 10,17? N) y (1° 17? 42,09? W)
Bella silueta en la colina…
Donde en las noches, permaneciera un fuego encendido
Todos nosotros, o casi todos, tenemos amigos y amistades que presumen de conocerlo todo, o casi todo, de todas o casi todas las cosas.
En lo que a mi respecta, sobre lo que escribo en mi blog poniendo énfasis como algo novedoso o con claras dudas sobre algún tema, casi siempre me llega la respuesta del que todo lo sabe, te argumenta y aconseja.
Cierto que en muchos casos se agradece, porque la opinión y la ayuda es meritoria y puedes ofrecer una información veraz de lo que escribes.
En fechas pasadas y bajo el título de “Grafiteros de otros tiempos”, confirmé la existencia de un “grafitis” en Santa María de Ejea, como detallaba Elena Aranda en su artículo, que motivó mi post. Pero no me faltaron indicaciones, de que en otros templos y ermitas de nuestro entorno, también existen ese tipo de marcas.
Hasta ahora, no soy perezoso para desplazarme y tomé la decisión de visitar una vez más Puylampa, para encontrar en sus paredes esas determinadas marcas que me indican y que para mí, no existen.
No quedé extrañado de no encontrarlas, pues Antonio García Omedes, en su página romanicoaragones.com, y en relación al Monasterio de Puylampa de Sádaba, que nos hace una visión clara de todo el conjunto y de las inscripciones realizadas en sus piedras, no habla para nada de ese tipo de marcas .
Es posible, que como me comentan, en las ermitas de Yéquera, en San Miguel de El Frago y otras iglesias, estén los mismos signos del mencionado artículo y allí estarán para comprobarlo por el que lo desee. Hoy por hoy, no llego a esos lugares.
Por Carteles que no séa obstáculo llegar a Puylampa.
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