Extensos sembrados al amparo de los pinares.
Coordenadas: Altitud 555m, 0 52 27W y 42 12 18N
¡Qué gran sala tendría este castillo!
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En este hermoso valle, de amplios campos de sembrados y verdes laderas de pinos y matorral, que arranca desde la Val de Júnez, conocido como la «Val o barranco de la Ruta», por haber sido esta la ruta o camino que unía Ejea y Huesca, nos encontramos el castillo de Yequera, que divisamos bastante antes de llegar a él.
Tras la Reconquista por los Reyes cristianos, es cuando se construyeron estos castillos y torres defensivas a lo largo de esta zona fronteriza.
Ya el 23 de marzo 2007 :: comentaba :: este lugar y su iglesia románica que lleva su mismo nombre y hoy, he vuelto acompañado, a visitar esta fortificación llevada a cabo, como otras de la zona, por Sancho Ramírez, (1042-1094) un rey profundamente religioso y militar, que tuvo el poder económico suficiente para ello, ya que además de cobrar a los reinos taifas musulmanes en dinero o en productos de valor, recaudaba los impuestos por el paso de mercancías en sus peajes pirenáicos.
Del castillo en sí, de la primera construcción del S. XI, solo queda su pared sur con varias ventanas, las ruinas de un torreón y los cimientos que marcan su primitivo recinto.
Sin embargo «La Torre del Homenaje» del S. XIV, con airosos ventanales góticos, con almenas y garitas en sus esquinas en lo alto del torreón, se mantiene en buen estado.
Lógicamente las plantas de los tres pisos que serían de madera, quizás por incendios, desaparecieron; pero sus magníficos arcos apuntados que los sustentaban, permanecen intactos, esperando mejores momentos para su recuperación.
Tras la Reconquista por los Reyes cristianos, es cuando se construyeron estos castillos y torres defensivas a lo largo de esta zona fronteriza.
Ya el 23 de marzo 2007 :: comentaba :: este lugar y su iglesia románica que lleva su mismo nombre y hoy, he vuelto acompañado, a visitar esta fortificación llevada a cabo, como otras de la zona, por Sancho Ramírez, (1042-1094) un rey profundamente religioso y militar, que tuvo el poder económico suficiente para ello, ya que además de cobrar a los reinos taifas musulmanes en dinero o en productos de valor, recaudaba los impuestos por el paso de mercancías en sus peajes pirenáicos.
Del castillo en sí, de la primera construcción del S. XI, solo queda su pared sur con varias ventanas, las ruinas de un torreón y los cimientos que marcan su primitivo recinto.
Sin embargo «La Torre del Homenaje» del S. XIV, con airosos ventanales góticos, con almenas y garitas en sus esquinas en lo alto del torreón, se mantiene en buen estado.
Lógicamente las plantas de los tres pisos que serían de madera, quizás por incendios, desaparecieron; pero sus magníficos arcos apuntados que los sustentaban, permanecen intactos, esperando mejores momentos para su recuperación.
Sobrecogen la soledad de sus arcos
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Invita a contemplar el paisaje
Vigilante y defensíva…
4 comentarios
Un castillo muy especial, merece la pena acercarse a verlo. Nosotros lo visitamos en una ruta de fin de semana por Ejea, Sadaba, ciudad romana de Los Bañales, Torre de Layala, Uncastillo, Pozas Pigalo, Castillo de Yequera, Aguarales de Valpalmas y Castillo de Sora. Impresionante patrimonio a escasa distancia de Zaragoza.
Es una tristeza infinita y una vergüenza que ni el ayuntamiento ni la comunidad de Aragón hagan nada para consolidarlo y evitar su ruina inminente.
Pepe, te debo un link , vaya pedazo de trabajo que estás haciendo. Enhorabuena !!!
Si se visita en primavera, con todos los campos y el monte verde, el paisaje parece una postal.
Cuanta vida hubo en nuestros pequeños valles.