Desde aquel día de Junio de 2007, no había vuelto a visitar el Castillo de Roita,
*Recordar* y quedé tan impresionado de él, que me propuse volver cuando supiera algo más de su historia, que es apasionante, al menos desde que sobre unas ruinas árabes, Sancho III, el Mayor lo construyera, como esa serie de
«Castillos que defendieron el Reino», magníficamente descritos en el libro, con ese título, de Iñaki Sagredo donde cuenta que :
Fue a mediados del siglo X cuando, a espaldas del poderío militar musulmán, los reyes del incipiente reino de Pamplona comenzaron a fraguar una línea defensiva que abarcaría desde Valdonsella hasta los límites de Sobrarbe y Ribagorza.
Son castillos ubicados de forma escalonada, con una distancia no superior a media jornada entre unos y otros para que pudieran apoyarse sin dificultad, colocados en entradas de difícil acceso.
…Sos, Ruesta, Lobera de Onsella, Roita, Uncastillo, Luesia, Sibirana y Biel, que en los valles occidentales de Onsella y en las Cinco Villas controloban la ruta que va de Ejea a los Pirineos.
El Castillo de Roita, mencionado en el año 1055 como Cercastiel en documentos referentes a la linea defensiva realizada anteriormente por Sancho el Mayor.
La documentación guarda el nombre de varios oficiales reales navarros (como Lope Sánchez y Aznar Galíndez en 1306), e incluso la denominación más antigua de la fortaleza, ya que este castillo debio de ser el famoso Charat que Sancho Garcés tomó a Al-Tamil de Huesca.
Aunque puede llegarse al lugar por distintas pistas o caminos, desde Sos del Rey Católico o Petilla de Aragón, lo ideal es ir hasta Navardún y antes de cruzar el Río Onsella, coger la carretera dirección Petilla hasta el Caserío de Ceñito , y allí a la derecha, enfrente del mencionado caserío, arranca una buena pista forestal, acondicionada recientemente y que nos irá elevando en altura curva tras curva, hasta llegar a unos viejos edificios, que dejaremos a la derecha, y antes de llegar a ellos giraremos a la izquierda que sin más problemas nos conducirá a los pies de esta mole de piedras picadas con esmero, gran parte de ellas, caídas por la ladera sur.
La vista desde este lugar es preciosa mirando al este, teniendo en primer término entre aristas rocosas y fuerte vegetación, la villa navarra de
*Petilla,*, donde sus montes están coronados por lineas de generadores eólicos.
Esta vez no vine solo y desde donde llegamos con el coche, un sendero nos hará pasar por la portada de un recinto amurallado, quizás un cementerio, a la vista de las tumbas antropomorfas existentes.
Continúa entre pelados robles y matorral hasta los 920 de altitud, y allí permanece en su soledad, mostrándonos con sus restos la grandeza que un día disfrutó con sus bellos torreones, sus portadas y ventanales góticos, sus arcos que dieron realeza a sus salones, su aljibe interior para dar seguridad de agua a sus habitantes y su enclave privilegiado para divisar los horizontes.
La Torre del Homenaje o como la denominasen sus distintos moradores que pasaron por él, y que permanece erguida, será un lugar excepcional, el día que pueda dotarse de esas escaleras e instalación, que ha conseguido recientemente el
*Castillo de Navardún*, que es una joya en la Bal d’Onsella.
Mientras tanto, sigamos disfrutando de este magnífico entorno dominado por el Castillo de Roita, que tuvo muchos más nombres como nos relatan los amigos de Castillos.net. *Ver* (Pulsar negritas )
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El daño…irreversible
Detalle de su interior.
Petilla de Aragón entre sus montes.
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