Era Abril del 2008 cuando comentaba los castillos asentados en las Bardenas Reales de Navarra, en la misma linde con Las Cinco Villas, *recordar* y *++*, dejaba constancia de que seguiría hablando de lo que fuera el Castillo de Sancho Abarca, destruido por el Cardenal Cisneros en 1512, y que permaneció en lo alto de la Peña del Fraile.
Hoy, con la visita realizada a esta cima, y añadiendo fotos de Eduardo, vuelvo a este monte enigmático, pobladas sus laderas de grandes piedras labradas y sillarejo, que lo convierten casi inexpugnable, aunque una vez arriba en su cima, consideras que ha valido la pena llegar hasta él.
Las vistas son impresionantes; la sequedad de sus montes y rastrojos en las zonas de cultivo de secano, contrasta con el verdor que predomina donde llegan las aguas del Canal de Tauste y la Acequia Cinco Villas, y sobre todo, con las arboledas que van marcando el curso del Ebro en Aragón y Navarra, casi 300 metros más abajo.
Cimientos de muros al borde del precipicio, piedras desparramadas por las laderas, restos de tejas árabes, cerámica incluso vidriada y en la plana, de unos 70 metros de larga por 15 de ancha, se aprecia lo que pudo ser la torre del homenaje en el centro del cerro, y muy próximo a ella, un agujero en la misma roca, que pudo ser un túnel o una cárcel.
Las señales atestiguan que estamos en territorio navarro; pero aguas abajo hacia el Noreste de estos cerros, pertenecen a la villa de Tauste, como ocurre con el Santuario de Sancho Abarca, por lo tanto a Las Cinco Villas.
Con razón, en esta cima «Un bardenero», dejó grabada en una placa, además de la altura, (565 m. según él) esta jota :
cuanto te quiero
Estar sentado aquí
es como estar en el Cielo.
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