Cuando se observa el paisaje de las bajas Cinco Villas y más concretamente en Tauste y Ejea de los Caballeros, las zonas donde están ubicados los ocho nuevos pueblos de colonización, puedes quedar sorprendido por las muchas alineaciones de cipreses que predominan en el paisaje.
La zona, hasta la llegada de las aguas del Canal de las Bardenas era un territorio, prácticamente despoblado de árboles; pero a partir de los años sesenta, la necesidad de mitigar el ímpetu del cierzo que predomina en la zona y defender los cultivos, animó a sus gentes a plantar esas alineaciones de cipreses: piramidal y horizontal, criados en el vivero de Colonización en Ejea y que a mínimo coste, podían adquirir los agricultores para sus plantaciones. Asi mismo, en aquella época también se plantaron importante número de Has. de diversas variedades de frutales de hueso y pepita, quedando en la actualidad una pequeña cantidad de ellas, en manos de buenos profesionales en la fruticultura, siempre rodeados de cipreses alineados.
Indiscutiblemente, estas barreras o cortavientos vegetales habrán cumplido su misión en buena parte, pero en muchos de los casos han ocasinado demasiados inconvenientes y trabajos: por su excesivo desarrollo, la poca profundidad de los suelos teniendo cerca el mallacan y la falta de cuidados en su formación, sobre todo en altura, al no ser las variedades más adecuadas para cada caso.
Durante tan largo periodo de tiempo, han soportado vientos de todo tipo, preferentemente cierceras, y más de uno habrá sido derribado; pero el día 3 de Agosto de 2015, un tornado que arrancó en las instalaciones deportivas de Bolaso y recorrió los pueblos de Bardenas y Santa Anastasia, se cebó con algunas líneas de cipreses en los Sasos de Ejea que no pudieron aguantar sus pretensiones de derribarlas y cayeron al suelo como muñecos de trapo, con la suerte de que no produjeron daños personales.
Al hablar de cipreses, recuerdo que en el Parque Central de Ejea, un ciprés guarda gratos recuerdos del que fue encargado de reproducirlos en el Vivero del IRIDA. VER
Una de tantas alineaciones de cipreses en tierras de Saso.
Toda la línea de cipreses, caídos en el alfalfa
Su gran cepellón manifiesta la poca profundidad de suelo para enraizar
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