Cuenta Conchita Borao, profesora del Colegio «Mamés Esperabé» en «Comentarios» de mi blog, cómo disfrutaron sus alumnos, en el Taller de la Miel y la Cera, que organiza Jesús Prado en colaboración con la Asociación Provincial de Apicultores , dando a conocer la actividad y vida social de las abejas a través de una colmena de cristal, distinguiendo a la reina, la única que pone huevos, las larvas, las obreras y los zanganos. Asimismo, las virtudes y cualidades de la miel, muy bien explicadas por Cándido Gallizo, y la oportunidad de fabricar con la cera elaborada por las abejas, una vela cada alumno, dirigidos por Pilar Sánz, que ha sido una buena apicultora, con tradición familiar y después con su esposo.
Conocieron de primera mano, no solo la vida de las abejas, sino la manipulación precisa para cuidar la colmena y conseguir la miel a través del extractor, con la ropa apropiada para evitar picaduras.
Colaboré muy gustoso con estos amigos, pues como he manifestado en alguna ocasión, me he sentido siempre vinculado a esta actividad, como aficionado.
En el «Mamés Esperabé» fue todo una novedad esta actividad, no para todos, ya que algunos de los chicos, manifestaron haber ido más de una vez al colmenar de sus padres, como Casalé y Ramón.
Si Conchita, agradece y felicita en nombre de su Centro, «estas tareas tradicionales y tan ecológicas», y considera, deben fomentarse y propagarse para bien de todos, me uno a estas opiniones, convencido además, de que las abejas son imprescindibles en la polinización de muchos de nuestros frutos y cultivos, recordando, como dice el libro «Apuntes sobre apicultura tradicional en Aragón» : «es una actividad básica para el sostenimiento del campo y de la biodiversidad».
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