Dibujo realizado por Rafael Margalé Herrero, con la idea que le trasmitio un pastor
Manuel Lafuente. Vecino de Bagüés en el paraje de Santa Orosia
Entre la nueva carretera y el Camino a Ruesta, volverá a estar vigilante La Cruz de Ruesta.
¡Qué día más completo el 10 de Agosto que visité estos pueblos de las Altas Cinco Villas, aunque en el cielo no había una sola nube, ¡con lo que a mi me gustan las nubes…! La cita era a las 10 de mañana, para escuchar una conferencia sobre la iglesia de Santa Basilisa y San Julian, *recordar*; pero antes de esa hora, había visitado el lugar donde va a ser colocada de nuevo, la Cruz de Ruesta, entre la nueva carretera de Los Pintanos y el camino a esa desolada población de Ruesta y había tenido la suerte de conocer a Manuel Lafuente de Bagüés, familiar cercano de Octavio Sierra Sangüesa, con quien le une buena amistad y que en Ejea de los Caballeros, pasó muchos años como profesor de colegio e instituto, siendo muy conocido.
Manuel, que ha pasado toda su vida en la villa de Bagüés, un bello rincón de esta comarca, ahora solo la visita de vez en cuando; por eso, encontrarme con él en la carretera fue una suerte, porque «Manolo» conoce cada rincón de estos lugares y en su memoria, perduran detalles que para muchos son totalmente desconocidos.
Por indicaciones de mi amigo Rafael Margalé, recordaba que en este lugar hubo un Pilón que mantenía en una hornacina a Santa Orosia, y que Pascual Madoz la tuvo en cuenta en su Diccionario (1845-1850) con estas frases: –A cien pasos se ve un pilón llamado de Santa Orosia en un sitio en el que hubo una ermita dedicada a esta Santa.-
Manuel me llevó hasta allí; aquel paraje lo siguen llamando Santa Orosia, porque allí estuvo su ermita y su pilarón aunque no existan vestigios de ellos. Quiero imaginarlo y, quizás, para la recopilación que estoy haciendo de todas las cruces y cruceros de las Cinco Villas, al no poder aportar fotografía del mismo, pueda incluir, abusando de su amistad, un dibujo imaginativo realizado por mi amigo Rafael Margalé.
Pero no quedó todo así. La sorpresa me la ofreció Manuel cuando me llevó al camino que sube a la románica iglesia donde iba a escuchar a Belén Luque. A pocos metros de la carretera, entre hierbajos secos, una basa a modo de cono truncado nos testifica que mantuvo un fuste, desconociendo si tuvo cruz o no. Lo único que conocemos, gracias a Manuel, es que se le llamó La Cruz de Bagüés.
Seguiré en otro momento hablando de Bagüés, de sus gentes y de su entorno. Hoy termino, agradeciendo a Manuel Lafuente sus atenciones conmigo.
Basa de La Cruz de Bagües
En el camino, Pintano.
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