«Cuesta de los judíos». Grandes piedras impiden el paso de vehículos
Julio Palacio ante el viejo Colador de la Cuesta de la Fuente.
Los hermanos José Luís y Julio Palacio, han dejado de ser los dueños del viejo Colador de la Cuesta de la Fuente, y según me cuentan, posiblemente sea esta la última foto que se hacen en la puerta de la que fue su casa. El Ayuntamiento ejeano es su actual propietario, como adelantaba en anterior post. *Recordar*.
Desde este mismo lugar arranca un sendero que sube hasta el barrio de La Corona y que desde chico, conocía como la Cuesta del Hojalatero, seguramente porque a media cuesta, subiendo a la derecha, existía una casa que construyó una familia, conocida en el pueblo con esa denominación, «El hojalatero». En los años 80 fue demolida por el riesgo que ofrecía la habitabilidad en dicho lugar.
Pero la citada cuesta, hoy sendero, desde muy antiguo fue algo más importante que una simple cuesta. Sus antecedentes arrancan desde que en el siglo XII, nuestra comarca de las Cinco Villas recibe los primeros judios a traves de los Pirineos, principalmente, y se asientan en muchos de nuestros pueblos, creando importantes juderías en ellos, cuando no van quedando resquicios del Islán.
En Ejea de los Caballeros ocuparon el centro del barrio de la Corona, justo entre las calles que se dan cita en plaza de la Cruz, como cuenta Marcelino Cortés en «Toponimia de Ejea de los Caballeros»: «La calle de la Puebla se sitúa en el centro del Barrio de la corona; coincide con el lugar en donde se asentó la judería ejeana».
Miguel Ángel Motis Dolader, conocido historiador y autor de muchos libros sobre los judíos y las juderías, nos relata en «Judíos y Conversos en Ejea de los Caballeros», que en esta villa permanecieron –hasta el el siglo XVI gracias al aporte de la comunidad conversa, presente en todas sus instancias socio-culturales y político-económicas.- En su mismo libro, incluye una fotografía de la misma Cuesta, con el siguiente texto: «Acceso a la judería desde el río y la cantera. Este mismo camino conduciría al cementerio medieval.»
¡Ojalá sepamos mantenerla y valorarla con el valor que representan estos pequeños signos de nuestra lejana historia!
Desde este punto de La Corona arranca la Cuesta hasta el río Arba.
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