Si todos nuestros pueblos han evolucionado y mejorado sus extructuras, Valpalmas, que solo disfruta de las aguas del Canal de las Bardenas para beber su población y regar muy pocas Has, ha transformado considerablemente sus viviendas y sus calles, llevando a su entorno y llenado de petunias y geranios, aquellas pilas de piedra donde comieran, primero los bueyes y posteriormente, comieron y bebieron en ellas las caballerias de labranza. Pilas de piedra por todas las partes: ante el ayuntamiento, la iglesia y lugares particulares.
Su parque es un remanso de sosiego, donde los árboles se han hecho mozos junto a las piscinas públicas, manteniendo las chimeneas donde asar unas costillas de ternasco…y el trinquete, que años atras vimos derruido y habandonado y posteriormente, en 2010, magníficamente recuperado, ha cambiado totalmente su imagen. Supongo, que pocos jóvenes, volvieron a lanzar contra la pared de piedra picada, la dura pelota que endurece la palma de la mano, y la modernidad y los gustos del momento, lo han transformado ahora, en una auténtica jaula metálica para jugar al Pádel. Sinceramente, a mí me duele, que un viejo trinquete para jugar a la pelota, situado en un lugar ideal para presenciar el juego desde lo alto y jugar al abrigo de los cierzos, sea invadido por el artilugio adecuado para el Pádel, que puede instalarse en cualquier parque o solar.
No obstante, cada pueblo conoce mejor que nadie sus gustos y necesidades, y ójala sea usado con entusiasmo. Hasta pronto.
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