Portada del libro de Rafael Margalé e Irene Taules.
El título es evocador de un antiguo y bello recorrido por tierras altoaragonesas, que Rafael Margalé acompañado de su esposa Irene Taules ha paseado pausadamente, más de una vez, tomando notas y plasmando en el papel con su habilidosa plumilla, edificios y enigmáticos castillos, representativas chimeneas de un mundo rural aragonés, puentes, ermitas, montañas y rincones, que si no nos lo muestran y explican no sabemos apreciar.
Estos días otoñales cargados de nieblas y humedad, no son propios para desplazarte por nuestros pueblos, pero sí para recordar lugares y conocerlos mejor de la mano de quien ha hecho de su caminar, de sus conocimientos históricos y sus dibujos, un hermoso libro interesantísimo, que en su recorrido se adentra en pueblos de las Altas Cinco Villas, como Undués de Lerda.
Hablé de este libro al recibirlo *recordar*, y desde su prólogo por D. Agustín Ubieto Arteta , todo en él es digno de comentar. Así, en sus primeros pasos nos lleva a las razones de la creación de este camino de Santiago, que:
«A través de sus cuatro vías principales encauzaban hacia Hispania las rutas de peregrinación de toda Europa a través del vecino país francés».
«A comienzo del siglo IX, los restos mortales de Santiago el Mayor, muerto en el año 44, aparecen en la capital compostelana, donde siglos atrásmhabían sido trasladados desde Padrón por los discípulos del apostol. Tras ello, un movimiento espairitual va a conmover el hábitad de la Europa medieval. El ininterrumpido caminar de una manifestación de fe, la Peregrimación, iniciaba un rodar que había de conmover los cimientos de una sociedad hasta entonces y, tras la caída del imperio romano, tambaleante e incierta.»
He comenzado en el puerto de Sompor deslizándome por la fuerte pendiente del GR-65.3, –itinerario de gran recorrido que ha apadrinado el trazado actual del «camino francés» por Aragón, a Santiago de Compostela.-
Lugares emblemáticos de nuestra vieja historia defensiva, una estación internacional ferroviaria, iglesias, puentes medievales, ciudades como Jaca y pequeños pueblos, algunos semi-abandonados y, después de las altas montañas, los pueblos que bordean el pantano de Yesa y la comarca de Cinco Villas antes de introducirse en Navarra.
¡Qué páginas de historia de cada lugar y cómo te embelesan los matices que imprime a cada uno de ellos, los dibujos de Rafael Margalé!
Ciertamente, que se disfruta haciendo este » viejo camino» a través de esta lectura y, una vez más, agradezco a sus autores la ocasión que me han facilitado con su libro para ello. Gracias amigos.
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