Desde La Sinagoga de Sádaba del Siglo IV (pulsar y agrandar)
No está escrita toda la historia del Castillo de Sádaba… A las páginas de mi blog lo he traido en varias ocasiones; lo he visitado y sé de él todo cuanto he leido y me han contado. Pero, ¡cuantas vivencias de su historia se habrán quedado en el olvido!
Lo cierto es, que su imagen, sus rincones interiores, sus aljibes y sus pasadizos, asi como sus altos adarves y almenas, inspiran al que sueña sus viejos momentos vividos.
Su limpio y plácido entorno, da sensación de que alli nunca han existido guerras ni escaramuzas; lo han colocado sobre esa suave colina solo para enseñarlo y mostrarnos su elegancia y belleza, pero a mi amigo Félix Landa Otal es mucho más lo que le inspira. Asi me lo hace saber después de leer un post sobre el magestuoso Castillo de Sádaba.
VIEJO CASTILLO
Castillo de Sádaba
Esqueleto sin alma,
caparazón blindado a invasoras potencias,
resistente a las furias oprimidas
por una majestad auto apropiada,
o a la indómita euforia del guerrero
ansioso de conquistas y,
sobre todo,
a los cósmicos poderes voraces de sí mismos que
aún servidos del perdurar sin tregua,
herramienta letal, inexpugnable,
fracasaron su intento de carcoma.
En tu interior vacío,
hoy morada de nadie y casi nada,
los escasos vestigios
nos muestran un diseño imaginado
del mundo diminuto -mas complejo-
que en tu tiempo albergaste,
y la mente adivina
basada en las reseñas de la historia,
las remotas vivencias
en ese maremágnum de clausura,
hormiguero reglado de opulencia
al uso de aquel tiempo.
Félix Landa Otal
(Pulsar y agrandar)
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