Más arriba del Caserío Blanco, por el mismo camino que hemos venido de Rivas por «La rabosera», lugar donde predominaban las viñas, hoy prácticamente desaparecidas, llegamos al «Molino de Fillera» donde solo nos queda de recuerdo visual de lo que fue, una piedra redonda del molino, haciendo de mesa delante de los edificios, amen de otra recostada en unos árboles. Asimismo quedan los restos de la acequia construida con sillares de piedra que traía el agua hasta el molino y el batán existente en aquel lugar, desde el río Arba de Luesia .
Más posteriores, pero dignos de tener en cuenta son los partideros de agua en las principales acequias de esta zona, de viejos regadíos.
De este molino y el batán, nos remontan sus datos al año 1545 y otras obras hidraúlicas en esta zona son comentadas en el reciente libro «HISTORIA DE RIVAS» escrito por Daniel Gracia Armisén. Institución Fernando el Católico. Diputación Provincial de Zaragoza. 2007.
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