Cuando el cierzo sopla despiadadamente
y el polvo le ciega, llevando un bravan,
detrás de unas mulas, va pacientemente
sucio y mal vestido, el pobre gañán.
Cuando la rosada le entumece el cuerpo
y el frio o la lluvia le hacen tiritar…
este labrador de Ejea, bueno y terco,
sin mirar el tiempo, se ocupa en sembrar.
Cuando el sol abrasa y hasta el aire es fuego
y uno se derrite de tanto sudar,
él siega o bien trilla, entre algún reniego
que dice a las mulas para no parar.
El está en el monte casi todo el año,
y en las horas libres para descansar,
cuida de las mulas que no sufran daño
y el propio alimento tiene que guisar.
En el duro suelo o en tablas de caja,
en el mismo establo o bien a su lado,
por todo mullido un saco de paja,
duerme pocas horas vestido y calzado.
En invierno esto; pero en el verano
cuando és abundante la recolección,
el duerme en el carro, encima del grano,
fruto del trabajo y de su tesón.
Mas llega septiembre y con él las Fiestas,
que ansioso y paciente todo el año espera,
y són siete dias los que duran estas:
és una semana de hacer lo que quiera.
Hoy és dia grande, dia de la Virgen, de nuestra Patrona,
la muy venerada y siempre protectora Virgen de la Oliva.
Con su traje nuevo, bajará contento desde la Corona
y de acompañarla en la procesión, él jamás se priva.
Luego són los bailes, lifaras, vaquillas,
el ir con las mozas al cine, a los fuegos,
o el ir hasta el Arba y allí en sus orillas
cantar, y con ellas jugar a mil juegos;
y haga lo que haga, todo está bien hecho
(dentro lo moral, siempre que ello sea )
pues se lo ha ganado y tiene derecho,
el mozo garrido y bravo de Ejea.
Manuel Navarro Alcayne. (Veterinario)
11-09-1951
Fue el año 1952 cuando se dió a conocer públicamente esta Poesía.
Al Teatro Imperio de Ejea llegaron unos misioneros que nos hablaron de su labor evangelizadora en África, mostrándonos la grabaciones que realizaban con un moderno aparato, un magnetofón de hilo, que para demostrar cómo realizaban las grabaciones, pidieron un voluntario que cantase o hablara en aquel acto. Yo sabía de memoria la poesía de Manolo Navarro, me ofrecí y fue grabada, escuchándola posteriormente, siendo muy aplaudida por el público asistente. D. Manuel Navarro, también presente, me felicitó.
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