Corral de Millori en La Planaza
Pablo, siempre permanente cuidando sus rebaños
Junto al corral la balsa del agua, y Ejea mirando al Oeste.
Y a poca distancia, mirando al Este, el embalse de la Berné
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En linea recta en dirección norte, el Corral de Millori está muy cerca del corral de Don Basilio comentado ayer, pero yendo por distinto camino y a más altura, al comenzar esa gran extensión llana, conocida como La Planaza, que ahora bordea el pantano de la Berné, muy recientemente construido.*Recordar*
Allí encuentro a Pablo Canales, el ganadero que a los 12 años, ya cuidaba la pequeña rabera de ovejas que tenía su padre y encerraba en el viejo «corral de Millori».
Era un corral muy antiguo, que en los años 70, totalmente derruido, Pablo con su padre, quiso reconstruir y ampliar junto a la cabaña existente de «Millori», pero al estar en terreno comunal, solo fue autorizado a realizar la instalación en precario; razón por la cual, encontramos como cerramiento, grandes y numerosas puertas de madera, que nos recuerdan a muchos corrales y edificios donde estaban colocadas, y que han sido sustituidos por bloques de pisos en esta villa de Ejea de los Caballeros.
Aunque dispone de buenas máquinas y tractores para su actividad, me recuerda la dureza de su profesión, día a día permanente al cuidado de su ganadería, que «no te permite ni ponerte enfermo un día, por la dificultad de encontrar ayuda para estos fines».
Tantos años viviendo y pateando por estos lugares, conoce al detalle cada rincón, cada campo y el agricultor que los cultiva. Y recuerda lugares, como «El abejar del Niño», que la muralla del Pantano de la Berné, envolvió los restos del mismo.
El lugar sano y con buenas vistas, ha ganado, precisamente en ello, con la construcción de ese embalse, que durante tantos años, fue el sueño de los agricultores y ganaderos ejeanos.
Amigo Pablo, te dejo entre tus ovejas y corderos y te deseo lo mejor.
Allí encuentro a Pablo Canales, el ganadero que a los 12 años, ya cuidaba la pequeña rabera de ovejas que tenía su padre y encerraba en el viejo «corral de Millori».
Era un corral muy antiguo, que en los años 70, totalmente derruido, Pablo con su padre, quiso reconstruir y ampliar junto a la cabaña existente de «Millori», pero al estar en terreno comunal, solo fue autorizado a realizar la instalación en precario; razón por la cual, encontramos como cerramiento, grandes y numerosas puertas de madera, que nos recuerdan a muchos corrales y edificios donde estaban colocadas, y que han sido sustituidos por bloques de pisos en esta villa de Ejea de los Caballeros.
Aunque dispone de buenas máquinas y tractores para su actividad, me recuerda la dureza de su profesión, día a día permanente al cuidado de su ganadería, que «no te permite ni ponerte enfermo un día, por la dificultad de encontrar ayuda para estos fines».
Tantos años viviendo y pateando por estos lugares, conoce al detalle cada rincón, cada campo y el agricultor que los cultiva. Y recuerda lugares, como «El abejar del Niño», que la muralla del Pantano de la Berné, envolvió los restos del mismo.
El lugar sano y con buenas vistas, ha ganado, precisamente en ello, con la construcción de ese embalse, que durante tantos años, fue el sueño de los agricultores y ganaderos ejeanos.
Amigo Pablo, te dejo entre tus ovejas y corderos y te deseo lo mejor.
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Muralla del Embalse de la Berné
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