Ermita de Miramonte
Dejando atrás los llanos de Ardisa, por la carretera hacia Casas de Esper, hay que subir a los 508 mts. que se encuentra la Ermita de Miramonte, un bien cuidado templo del siglo XIV, construido sobre otro anterior románico del S. XII, para contemplar un extenso paisaje de la Hoya de Huesca, el Río Gállego, Castillo de la Ballesta, extensos secanos y el Embalse de la Sotonera como motivo central.
Esta Ermita es visitada en muchas ocasiones por los devotos de la Virgen, de muchos pueblos de la Comarca de Cinco Villas, pertenecientes a la Cofradía de Ntra. Sra. de Miramonte, cuyos Estatutos del año 1519, se guardan en la Iglesia Parroquial de San Hipólito en Valpalmas.
1 comentario
Amplío tu bonito blog con esta leyenda que tengo en el mío..
La leyenda de la Virgen de Miramonte
4.- Leyenda del origen de la virgen de Miramonte
En su diario, solitario y monótono deambular por los campos que rodean al pueblo, un joven pastor de Biscarrués venía observando, desde hacía cierto tiempo que todos los días, sin excepción alguna, una de las cabras de su rebaño se alejaba sola de las demás, regresando de nuevo al seno de la manada transcurrido un cierto tiempo.
Movido por la curiosidad decidió seguirla algún día y vio que se adentraba en una cueva natural excavada en roca caliza de un montículo. No dudó en penetrar y halló una bella imagen de la Virgen –luego llamada de Miramonte- y una campana de mediano tamaño.
Cuando, tras poner a buen recaudo su ganado, llevó la noticia del hallazgo se organizó una procesión con el párroco al frente, decidiendo trasladar a la imagen y la campana a la iglesia.
Algunos años cuando el rey Sancho Ramírez decidió enfrentarse a los musulmanes pasó por Biscarrués para ponerse humildemente bajo el amparo y pedir la intercesión de la Virgen que le infundió ánimos necesarios para vencer a los moros en la batalla de Piedratajada. Agradecido el monarca de la ayuda decidió crear una cofradía compuesta por treinta hidalgos y seis sacerdotes.
La campana es milagrosa pues ahuyenta las tempestades y las malas nubes que amenazan las cosechas, a la vez que remedia el dolor de las parturientas.