Pila bautismal de la abandonada ermita de S. Juan de Barto
Hace tiempo visitaba la placidez que nos ofrece la villa de Ardisa y sus entornos cercanos al río Gállego, donde sus aguas, prácticamente llegan a su población. Precioso su embarcadero, sus antiguos lavaderos, piscinas y bellos edificios. El agua predomina por doquier, pero también la piedra arenisca de sus montes llegó a muchas casas del pueblo, destacando su iglesia parroquial de Santa Ana.
Sencilla y de poca altura que guarda en su interior, además de su patrona y otros santos, la Imagen de la Virgen de Miramonte, dejando vacía su ermita. Si su entorno cerrado con unas rejas y puerta de hierro, puede considerarse un jardín, nadie debe aclararnos que fue su viejo cementerio, ya que sus paredes mantienen algunas lápidas de sus antecesores fallecidos y restos de viejas cruces.
Unas viejas campanas dejaron aquí, a ambos lados de su puerta de entrada a la iglesia, las maderas y herrajes que acompañaron sus bronces sonoros. Y en el muro, junto a la subida a la torre, una Pila bautismal nos delata que allí fue llevada para guardarla, después de haber permanecido en las ruinas de la ermita de San Juan de Barto, entre las laderas de Sierra Carbonera y Estronad.
Sabemos que dicha ermita está esperando su recuperación que comenzó el año 2003; mientras tanto se guarda en el patio o jardín de la iglesia de Sta. Ana en Ardisa. ¿Hasta cuando?
Nuevo asentamiento de la Cruz de Santa Ana, Restaurada en 2007 por la DPZ.
Resturación realizada por la empresa: *RESTAUROEGEA*
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